La iniciativa, conocida como "Ley Crucito", se basa en el caso de Cruz, cuyo asesinato a golpes por parte de Óscar “N”, su padrastro, ha desatado la indignación en el país. Imágenes del pequeño Cruz, mostrando signos de desnutrición y maltrato grave, se viralizaron en redes sociales, exponiendo la crueldad del crimen y la necesidad de justicia.
La "Ley Crucito" busca reformar el artículo 125 del Código Penal para incluir una agravante al delito de homicidio en los casos de padrastros y sus hijastros. De aprobarse, la pena por este delito aumentaría a un mínimo de 10 años de prisión y la pérdida de la patria potestad. Además, se establecerían las mismas penas para los padres o madres que omitan informar al Ministerio Público o faciliten la comisión del delito.
La propuesta busca proteger a los niños de la violencia familiar y garantizar que la ley les brinde una mayor protección. Según el Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, en 2020 se registraron más de 27,526 personas de entre 1 y 17 años que fueron atendidas en hospitales de México tras sufrir violencia familiar o no familiar.
La "Ley Crucito" es un reflejo de la creciente preocupación por la seguridad de los menores en México, y un llamado urgente a la acción para prevenir la violencia y proteger a los niños más vulnerables.