Mientras tanto, en la misma ciudad, un 15% de la población lucha contra el hambre. ¿Te parece irónico?
Este es el panorama que enfrenta la capital mexicana: un contraste brutal entre abundancia y escasez. De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cada día se tiran a la basura cerca de 13 mil toneladas de comida, una cifra que sobrepasa la imaginación. La Central de Abasto, la mayor fuente de alimentos de la ciudad, es también la que genera la mayor cantidad de desperdicio: 561 toneladas diarias.
Ante esta problemática, Silvia Sánchez Barrios, coordinadora de la Asociación Parlamentaria Mujeres por el Comercio Feminista e Incluyente, impulsa una iniciativa crucial: la creación de Bancos de Alimentos en cada alcaldía de la Ciudad de México. La propuesta busca reformar el Artículo 35 de la Ley Orgánica de las alcaldías, obligando a las autoridades locales a implementar programas de recuperación de alimentos, en colaboración con mercados, tiendas de conveniencia y supermercados.
La iniciativa no solo busca combatir el hambre, sino también mitigar el impacto ambiental. La descomposición de la materia orgánica en los vertederos genera metano, un gas de efecto invernadero que calienta el planeta 25 veces más rápido que el dióxido de carbono.
"Es fundamental que las Alcaldías aprovechen estos alimentos para quienes realmente los necesitan, en lugar de simplemente dirigirlos a los residuos sólidos", enfatiza Sánchez Barrios. La propuesta contempla la recuperación de alimentos retirados de la venta por cuestiones estéticas o maduración, pero que aún son aptos para el consumo humano.
Este proyecto busca dar un paso crucial hacia un futuro más sostenible y equitativo, donde la abundancia no se desperdicie y la carencia alimentaria no sea una realidad.