El jueves pasado, las líneas 8, B y 12 del Metro, tres arterias vitales de la ciudad, colapsaron casi al mismo tiempo. Un mar de personas se vio obligado a esperar más de una hora, atrapado en un laberinto de trenes detenidos y estaciones saturadas. La frustración se apoderó de los usuarios, quienes se preguntaban por qué, una vez más, el Metro los había dejado en la estacada.
La respuesta oficial, como si se tratara de un guion repetido, se limitó a asegurar que todo era "situaciones ordinarias". Sin embargo, esta respuesta no convenció a nadie, ni a los usuarios, ni a los expertos. "No podemos pasar por alto que este tipo de situaciones, hay familias que viajan por alguna urgencia médica, jóvenes que llegan tarde a sus primeras clases, profesionistas que les ponen retardos en sus empleos y nadie se hace responsable", señaló Federico Chávez Semerena, diputado del PAN en el Congreso de la Ciudad de México.
Semerena, alzando la voz, criticó la falta de inversión y mantenimiento por parte del gobierno actual, "Hoy, el Metro no dice que Morena aprieta los presupuestos, que Morena atora el flujo de dinero para la compra de refacciones y se niega a darle una participación activa a los ingenieros que reclaman mejores condiciones laborales para que no falle el Metro".
Su crítica no se detuvo ahí. Semerena también exigió transparencia a las autoridades del Metro, "No queremos más accidentes como la Línea 12, como el incendio del Centro de Mando o choques de vagones que, de manera sorpresiva, los culpables son pernos o tornillos, el PAN exige un servicio de calidad".