El 27 de octubre, la tranquilidad de la calle Isabel la Católica, en el Centro Histórico, se vio interrumpida por un incendio que se extendió por dos horas.
Las llamas, originadas en la planta eléctrica del edificio, rápidamente se apoderaron de una bodega de bisutería en la planta baja, envolviendo el lugar en un infierno de humo y fuego. La situación se tornó aún más complicada cuando se supo que una mujer se encontraba atrapada en el séptimo piso. Ella había subido para cerrar las válvulas de gas, evitando una explosión que pudo haber tenido consecuencias aún más graves.
Los bomberos, con una valentía encomiable, lograron acceder al edificio y rescatar a la mujer, a quien acompañaba su perrita Cocker Spaniel. La rápida respuesta de los equipos de emergencia permitió que la situación no escalara y se convirtiera en una tragedia mayor.
A pesar del pánico que se vivió, el incendio fue controlado y extinguido. Los habitantes del edificio pudieron regresar a sus hogares, con el recuerdo de la experiencia y la gratitud hacia los bomberos que los salvaron.