En el panorama actual, donde la lucha por la verdad y la reparación se intensifica, el caso de la masacre de Aguas Blancas, en Guerrero, ha vuelto a la palestra.
La reciente conferencia de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha puesto de manifiesto el compromiso de la administración actual por abordar este tipo de situaciones. En su intervención, la mandataria anunció que se revisará el caso de Antonio Barragán Carrasco, sobreviviente de la masacre de Aguas Blancas, y se solicitará a la Secretaría de Gobernación que tome cartas en el asunto.
Además, Sheinbaum Pardo señaló que se analizará también el caso de la ejecución extrajudicial de Carlos y Noé Cuevas Mejía, y se pedirá a la Secretaria de Gobernación, Rosa Isela Rodríguez, que se ponga en contacto con Lourdes Mejía, la madre de los jóvenes fallecidos.
Estas acciones, aunque incipientes, son un paso adelante en la búsqueda de justicia para las familias afectadas por estos hechos. La revisión de los casos y la comunicación con las familias son medidas que, de llevarse a cabo con seriedad y compromiso, podrían abrir la puerta a un proceso de reparación y esclarecimiento de lo ocurrido.