Si bien se mencionó la presencia de grupos criminales en la zona sur, particularmente en Chiapas, la atención se centró en combatir las causas estructurales de la violencia. Se habló de un esquema particular para Chiapas que entrará en vigor a partir de noviembre, pero sin especificar las acciones específicas para combatir el tráfico de drogas y armas.
Además, se mencionó el desarrollo de "polos de bienestar" en Tapachula, con el objetivo de generar empleos e impulsar la inversión. Sin embargo, no se estableció una relación directa entre estos proyectos y la estrategia de seguridad en la frontera.
Aunque se destacó la labor de inteligencia, investigación y presencia de las fuerzas de seguridad en Chiapas, no se ofrecieron detalles específicos sobre cómo se abordará el problema del tráfico de drogas y armas. La estrategia para combatir este flagelo en la frontera sur de México sigue siendo una incógnita.