Mientras que el panorama para los hombres muestra una disminución en la población penitenciaria sin sentencia, las mujeres parecen estar atrapadas en un sistema que las deja en el limbo jurídico.
En 2020, 556 mujeres se encontraban en reclusión sin haber recibido sentencia. Para 2023, la cifra se elevó a 591, lo que representa un incremento del 6%. Sin embargo, lo más preocupante es que este año, en tan solo 7 meses y medio, ya existen 661 mujeres procesadas, es decir, un crecimiento del 19%.
Si la tendencia continúa, el aumento llegará a más del 80% para finales del año, advirtió la diputada Rebeca Peralta del Partido Verde.
Según la legisladora, los jueces parecen estar priorizando los casos de los hombres, dejando a las mujeres en un estado de incertidumbre legal. Mientras que en 2020 había 7,182 hombres en reclusión sin sentencia, en 2023 la cifra bajó a 5,850, una disminución del 19%. "Las juezas y jueces deben juzgar con perspectiva de género, se debe brindar justicia tanto a hombres como a mujeres", enfatizó Peralta.
Las mujeres en prisión sin sentencia experimentan un triple castigo: el delito que se les imputa, el abandono de sus familias y ahora, la negligencia del sistema judicial. La situación exige una intervención urgente para garantizar que las mujeres no sean víctimas de un sistema judicial sesgado.