La emoción de la competencia se mezclaba con la ilusión de vivir una aventura lejos de casa. Sin embargo, el destino les tenía preparada una prueba de fuego. Sus familiares, preocupados por la falta de contacto, decidieron alertar a las autoridades.
En un operativo sin precedentes, elementos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional, la Fiscalía de Guanajuato, la Fiscalía de Querétaro, la Policía Estatal y la Policía Municipal se unieron en una sola voz, con un objetivo claro: localizar a los jóvenes desaparecidos.
El operativo se extendió por toda la ciudad, rastreando cada pista, analizando cada llamada y revisando cada rincón, hasta que finalmente, se logró la tan ansiada noticia. Los jóvenes deportistas, seis mujeres y cuatro hombres, todos menores de edad, junto a su entrenador, fueron encontrados sanos y salvos.
La pesadilla que habían vivido los jóvenes quedó plasmada en sus palabras, revelando la crueldad de los secuestradores virtuales que los habían mantenido incomunicados por cinco horas. La historia de estos deportistas, víctimas de una amenaza que se extiende por todo el país, nos recuerda la importancia de la unión y la coordinación entre las diferentes fuerzas de seguridad para enfrentar estos desafíos.