El silencio de la noche en Entabladero, Veracruz, se vio interrumpido por el crujir de balas que resonaron en la madrugada del sábado. El atrio de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe, lugar de paz y recogimiento, se convirtió en un escenario de tragedia.
Dos jóvenes vidas, Alex y José Juan, ambos hermanos y monaguillos de la iglesia, fueron brutalmente asesinados a balazos. La noticia conmocionó a la comunidad y se propagó rápidamente por redes sociales, dejando una ola de indignación e impotencia.
Los hermanos, originarios de La Sabaneta, municipio de Coxquihui, colaboraban con su madre, Gregoria Arroyo Cruz, en la limpieza del templo. Alex, el menor, perdió la vida en el lugar del ataque, mientras que José Juan, herido de gravedad, fue trasladado al hospital, donde murió horas después. La Fiscalía General de Veracruz, bajo el mando de Verónica Hernández Giadáns, abrió una investigación para esclarecer el caso, buscando identificar y localizar a los responsables de este acto de violencia.
En medio del dolor, la comunidad se solidarizó con Gregoria, buscando brindar apoyo económico y moral. La parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, en un comunicado, hizo un llamado a los feligreses a unirse en oración y a apoyar a la madre de los menores, víctima de un dolor irreparable.
Las autoridades estatales, lideradas por el gobernador Cuitláhuac García, no se quedaron indiferentes. García condenó enérgicamente el homicidio, asegurando que se actuará con firmeza para llevar a los culpables ante la justicia. La investigación sigue en curso, con el objetivo de encontrar respuestas que permitan aliviar el dolor de una madre que perdió a sus dos hijos en un acto brutal que conmocionó al estado.