Una de las más famosas es Moody's, que funciona como una especie de "calificador" del riesgo. Utilizan una escala con 21 grados, desde Aaa, que es como el oro en el mundo de las inversiones, hasta C, que es como un boleto de lotería, no sabes si te va a tocar o no.
La clave está en que esta escala te da una idea del riesgo que implica invertir en un producto financiero. Moody's divide estas calificaciones en dos grupos: "inversión" y "especulativa". Si la calificación es "inversión", quiere decir que el riesgo es menor. Por ejemplo, Aaa significa el menor riesgo, mientras que Baa es un riesgo moderado.
En cambio, si la calificación es "especulativa", el riesgo se vuelve más complejo. Una calificación de Ba significa que el riesgo es dudoso, mientras que C es como un riesgo en llamas, muy alto.
Recuerda, estas calificaciones no son una garantía de éxito, como una bola mágica. Pero sí te dan una herramienta para evaluar la capacidad de pago de un deudor y el riesgo que corres al invertir en él.