Este incidente, que parecía trivial, se convirtió en una tragedia que dejó a la comunidad en estado de shock.
El adolescente, en un intento por recuperar la pelota, decidió descender al canal. Lamentablemente, carecía de habilidades de natación, lo que resultó en su trágica sumersión. Al recibir la alerta, los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México se movilizaron rápidamente al lugar, estableciendo un cordón de seguridad mientras aguardaban la llegada de los servicios periciales.
La presencia policial no solo fue crucial para asegurar la zona, sino que también generó un impacto significativo en la circulación del área, complicando aún más la situación para los testigos que intentaban comprender lo sucedido. Los amigos del menor, quienes presenciaron el incidente, se encontraban visiblemente afectados, incapaces de ofrecer detalles claros sobre los eventos que llevaron a esta tragedia.
La incertidumbre sobre las circunstancias exactas que rodearon la caída del joven persiste, dejando a la comunidad con más preguntas que respuestas. A pesar de la rápida respuesta, el personal de Protección Civil de la alcaldía y de la Ciudad de México llegó al lugar solo para confirmar que el adolescente ya no presentaba signos vitales.
Este lamentable suceso resalta la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en áreas cercanas a cuerpos de agua, especialmente para los más jóvenes, quienes a menudo no son conscientes de los peligros que pueden enfrentar. La comunidad se encuentra ahora en un proceso de reflexión y duelo, buscando maneras de prevenir que tragedias como esta se repitan en el futuro.