La mandataria, Claudia Sheinbaum Pardo, presentó un balance económico que, aunque destacaba logros, dejaba muchas preguntas en el aire. Se habló de un 76% de aprobación a su gestión a dos meses y medio de haber comenzado, una cifra que la Presidenta atribuyó a la continuidad del proyecto de la "cuarta transformación". Sin embargo, la falta de datos concretos sobre la metodología de las encuestas que respaldan esta afirmación genera dudas sobre su veracidad.
Entre las medidas anunciadas, destacó el pago de 1482 millones de pesos a productores del programa Producción para el Bienestar antes de Navidad. Si bien es una inyección económica significativa, la información no profundiza en su impacto real en las comunidades rurales. De igual manera, se mencionaron medidas para proteger la industria textil ante la amenaza de la pérdida de 400,000 empleos, aunque sin ofrecer un desglose regional ni detallar las estrategias específicas para contrarrestar este riesgo.
La lucha contra la corrupción, específicamente en el sector aduanero, también formó parte del discurso. Se anunció la cancelación de siete patentes de agentes aduanales por irregularidades. No obstante, la falta de información sobre las sanciones impuestas y las empresas involucradas genera una sensación de opacidad. La promesa de reforzar la fiscalización, sin plazos ni mecanismos definidos, parece más una declaración de intenciones que una estrategia con pasos concretos.
El blindaje de los programas sociales, con su anclaje constitucional y presupuestal, fue otro punto central. La narrativa gubernamental, sin embargo, evita un análisis profundo sobre la eficiencia y la equidad en la distribución de los recursos. La mención de la relocalización de empresas como un beneficio económico para México se queda corta, sin datos específicos sobre el impacto en la generación de empleos o la balanza comercial.
En resumen, la conferencia de prensa, más que un análisis objetivo de la situación económica y social, se presentó como un balance político que enfatiza los logros y minimiza las áreas que requieren mayor atención. La falta de transparencia y la escasez de datos concretos generan incertidumbre.