El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, ofreció en su última conferencia de prensa del año una perspectiva sorprendente: “México es el país más importante del mundo para Estados Unidos.” Esta afirmación, lejos de ser una simple declaración diplomática, sienta las bases de una nueva estrategia de seguridad y prosperidad bilateral.
Salazar no se centró únicamente en la frontera norte, ese punto álgido de la relación bilateral. Su propuesta innovadora se basa en lo que él denomina “cortinas de seguridad y prosperidad”, estrategias que abarcan diferentes regiones clave.
Una de estas cortinas se ubica en el Istmo de Tehuantepec. Salazar destaca la ventaja estratégica de esta región, argumentando que “si se compara la extensión de la frontera norte (casi 2 mil millas), en el Istmo de Tehuantepec el territorio es de solamente 180 millas, entonces ahí está un cinturón donde sí se puede contener la migración, se pueden contener lo relacionado con temas de seguridad en materia de combate al tráfico de drogas y la migración, y también se puede crear prosperidad para la gente del sureste.”
Pero el Istmo no es el único foco. Salazar también identifica otras zonas de vital importancia:
- Chiapas, en la frontera con Guatemala.
- Una modernización integral de la frontera norte, con una inversión considerable.
Ante la inminente llegada de una nueva administración estadounidense, Salazar anticipa cambios, especialmente en temas como la frontera norte, los aranceles y la migración. Sin embargo, subraya la importancia de “un esfuerzo de planificación conjunta” entre ambos países, evitando que las decisiones unilaterales perjudiquen a cualquiera de las partes.
Para finalizar, Salazar dejó tres recomendaciones clave para los senadores estadounidenses: una planificación conjunta, una inversión prioritaria en la modernización de la frontera norte y una cooperación estrecha entre la Patrulla Fronteriza y el gobierno mexicano para garantizar la seguridad en la zona fronteriza.