El panorama se complica con el regreso de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y sus políticas de deportación. Sin embargo, el gobierno mexicano, liderado por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha anunciado una respuesta contundente: la creación de 35,000 nuevos empleos para los mexicanos repatriados.
Estas plazas, según información del Consejo Coordinador Empresarial, se distribuirán en sectores estratégicos como la manufactura, servicios, construcción y minería. Este anuncio forma parte del “Plan México”, un programa sexenal de atracción de inversiones que busca, según palabras de la propia Sheinbaum, “el desarrollo equitativo y sustentable del país.”
El Plan México, que incluye estímulos fiscales de hasta 30,000 millones de pesos para empresas que inviertan en el país, tiene como objetivo fortalecer la producción nacional, especialmente en sectores como el textil y en áreas de alta innovación, como la fabricación de semiconductores y autos eléctricos. La presidenta Sheinbaum enfatizó que este plan no es una respuesta coyuntural a la situación actual con Estados Unidos, sino una estrategia a largo plazo para el desarrollo de México.
En la conferencia de prensa, la mandataria destacó la resiliencia de la economía mexicana. “El peso, con lo que podía haber variado con la llegada del presidente Trump, se ha mantenido. Eso quiere decir que hay confianza y que la economía de México está bien, está fuerte,” afirmó Sheinbaum. Acompañada de Ana Teresa Ramírez, directora del think tank Latino Donor Collaborative, se resaltó la significativa contribución económica de los migrantes mexicanos en Estados Unidos, generando 2.06 billones de dólares del PIB estadounidense.
La participación de Ramírez sirvió para contextualizar la situación, subrayando la importancia de la fuerza laboral mexicana, no solo para las remesas enviadas a México, sino también para la economía estadounidense. “Somos fuertes allá y somos fuertes acá,” concluyó Sheinbaum.
El gobierno mexicano parece estar apostando por una estrategia de diversificación económica y fortalecimiento interno, buscando minimizar el impacto de las posibles consecuencias de las políticas estadounidenses.