El reporte inicial, proveniente de testigos que transitaban por la zona, hablaba de la presencia de objetos sospechosos a un costado de la carretera. Al acercarse las autoridades, confirmaron lo que inicialmente parecía una simple anomalía: varias bolsas negras de plástico contenían, en su interior, una macabra escena.
No se trataba de basura tirada al azar. Dentro de esas bolsas, se encontraron restos humanos, incluyendo una cabeza, lo que inmediatamente elevó la situación a un nivel de máxima urgencia. La movilización de diversas corporaciones de seguridad fue inmediata, acordonando la zona y cerrando el paso vehicular en el kilómetro 18 de la carretera.
El municipio de Galeana, conocido por su tranquilidad, se vio envuelto en una investigación de alta prioridad. Personal forense se encargó de la recolección de evidencias, un proceso meticuloso que buscará determinar la identidad de las víctimas y las circunstancias de este hallazgo. La Fiscalía General de Justicia de Nuevo León ha abierto una investigación formal para esclarecer los hechos.
"La prioridad ahora es identificar a las víctimas y dar con los responsables de este acto tan terrible", declaró una fuente anónima cercana a la investigación. El hermetismo rodea el caso, mientras las autoridades trabajan en silencio para desentrañar la verdad tras el descubrimiento de los restos humanos en la carretera Matehuala-Saltillo.
Mientras tanto, la carretera, testigo silencioso de este suceso, sigue su curso, transportando a quienes transitan por ella, cada uno con sus propias historias y destinos, ajenos o no a la tragedia que se desarrolló en el kilómetro 18.