Declaran guerra al cáncer de mama y cervicouterino

Tres mujeres enfrentan este padecimiento, cada una con un sentir diferente, pero las tres se aferran a la vida

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Nogales, Son.

Tres mujeres enfrentan este padecimiento, cada una con un sentir diferente, pero las tres se aferran a la vida.
El cáncer de mama genera sentimientos de miedo, tristeza y negación en la mujer y en sus familiares, asocian la enfermedad con la muerte, así como también con la extirpación de un órgano significativo, en este caso, la mama, considerada un símbolo de feminidad.
Este padecimiento impacta fuertemente, tanto por la importancia que se da a la mama, como por el miedo relacionado a los tratamientos. La  enfermedad es agresiva y traumática, pudiendo afectar a la mujer en todas las dimensiones de su vida, acarreando cambios en el desempeño de sus roles y en la percepción de su imagen corporal.
Negación, reproches a Dios, dolor, son algunos de los sentimientos que muchas mujeres pueden enfrentar cuando reciben este diagnóstico.
En los últimos años el cáncer de seno ha aumentado devastadoramente y las cifras son realmente alarmantes: una de cada ocho mujeres desarrollará cáncer de seno en algún momento de su vida. Esta enfermedad ha acabado con muchas vidas y sigue haciéndolo, incluso es la primera causa de muerte en la mujer de 25 a 55 años.
Octubre es el mes dedicado al cáncer de seno, por eso un gran número de empresas y personas se han unido para luchar de distintas formas y crear conciencia sobre esta agresiva enfermedad.
El cáncer de seno suele ser diagnosticado en etapas ya avanzadas de la enfermedad, sin embargo si se diagnostica pronto, se cura en un alto porcentaje.
Es difícil para una familia enfrentar ésta terrible noticia, pero aún es más difícil cuando dos miembros de la familia pasan por esta enfermedad.
Adriana Talamante Alemán, madre de tres hijos de 21,27 y 32 años es una sobreviviente del cáncer de matriz.
Un día, dijo, que un terrible dolor no le permitió levantarse de la cama, sus hijos tuvieron que ayudarla y el dolor seguía.
En esos días dijo se enteró de que estaba en la ciudad el carro de la Fundación Beltrones y fue a realizarse su Papanicolaou, y así se enteró que padecía cáncer en una etapa inicial.
De inmediato, dijo, la mandaron al Hospital General para su atención, a cargo de la doctora Juanita Castañeda.
Como su cáncer se detectó a tiempo, no tuvieron que quitarle  la matriz y con el tratamiento adecuado, dijo, pudo superar esta enfermedad.
Me sentí muy triste cuando recibí la noticia del cáncer, hablar de cáncer es hablar de muerte y yo no me quería morir y no me deprimí, tuve el valor de seguir luchando por mí, por mis hijos”
En su caso, dijo, su cáncer se detectó muy a tiempo y pudo salir adelante, desde entonces se revisa constantemente pues no le gustaría pasar por lo mismo.
Las mujeres tienen que luchar, creer, cáncer no es sinónimo de muerte, tienen que dejar a un lado la vergüenza, realizarse los exámenes y buscar un motivo para salir adelante.

Negación, miedo y fe
No es fácil aceptar un diagnóstico de cáncer, independientemente de los conocimientos que se pueda tener sobre la enfermedad. El impacto del diagnóstico afecta no sólo a la mujer, sino a todos los miembros de la familia.
Negación y fe son algunos de los sentimientos que está experimentando la señora María Guadalupe Alemán quien fue diagnosticada con cáncer meses atrás.
Ella es mamá de Adriana Talamante Alemán, desafortunadamente madre e hija vivieron la amarga experiencia de un cáncer.
María Guadalupe relata que un día ella se sintió una bolita en el pecho pero la ignoró. Un día que acompañó a su hija a realizarse sus exámenes a la Fundación Beltrones aprovechó para ser examinada y comentarle al médico la anomalía en su pecho.
Después de los exámenes, la Fundación la remitió al Hospital General y de ahí la enviaron a Hermosillo donde le practicaron más estudios y el resultado arrojó cáncer en el seno.
Después de varios procedimientos, le dieron cuatro quimioterapias con las cuales dijo se sintió muy bien, pero una terrible noticia también llegó: el médico hizo de su conocimiento que tienen que retirar uno de sus pechos pues en el existen más células cancerígenas.
La señora Guadalupe Alemán dice ser muy fuerte, una mujer llena de fe, que confía en su único doctor: Dios. Menciona que desde que le dijeron que tenía cáncer a él se ha encomendado y él ‘la curó’.
Pide a los doctores le practiquen más estudios para confirmar que está curada, pero estos no quieren pues el diagnóstico ya está dado. Guadalupe tiene que aceptar el hecho y luchar por su vida y la única manera es quitando el seno.
Dice que sus hijos la apoyan y con ellos y la ayuda de Dios seguirá viviendo muchos años y está negada completamente a quitarse un pecho pues piensa va contra lo que la naturaleza y la divinidad le dio.

No somos un pecho andando: Sobreviviente
Originaria de León Guanajuato, María Magdalena Monjarraz Flores también es sobreviviente de cáncer.
Por un cáncer de mama podemos darlo todo, bendito Dios estamos cubiertas y podemos vivir con un pecho o sin ellos, Magda no es un pecho andando, Magda es quien es tiene su razón de ser y su motivo en la vida”, así lo dijo ella misma.
Mencionó que una enfermedad como ésta no es fácil de llevar, es por eso que trata de apoyar a las mujeres que lo padecen.
Después de seis meses de hacerse exámenes fue con su doctor y le dieron esta noticia que cambió su vida para siempre.
Dijo no estaba preocupada por el resultado, estaba preocupada pues ya habían pasado seis meses  y tenían que pasar otros seis meses para que la pudieran operar y el miedo la invadió.
Yo no lloré el día que me dijeron que tenia cáncer, yo lloré el día que me di cuenta que no tenia dinero para curar un cáncer”.
A lo largo de su vida Magda trabajó y adquirió bienes y no pensó en deshacerse de todo para curarse y así lo hizo. Vendió prácticamente quince años de su trabajo para curarse el cáncer, pues desgraciadamente la espera en un hospital publico era demasiado larga y ella quería luchar por su vida.
Y fue así como ella pudo pagar su tratamiento, dijo que su familia también la apoyo con esta terrible enfermedad.
Los médicos le realizaron una mastectomía radical, recibió seis  quimioterapias y después ocho más por ser triple negativo a receptores hormonales.
Fueron dos años de proceso muy difíciles y después de recuperarme tuve que seguir luchando por que económicamente no tenia nada. Estar hoy aquí, hacer mi vida, ver un amanecer, una atardecer, disfrutar de mis hijos especialmente la más pequeña hace que todo valga la pena’.
Antes de ser diagnosticada con cáncer, dijo, trabajaba 14 horas al día, hoy le dedica menos tiempo a su trabajo y más tiempo a labores sociales y humanitarias pero sobre todo a ella mi misma y a su hija.
Cuando ya se tiene el cáncer solo resta tomar fuerzas, seguir adelante y luchar.
María Magdalena solo le pedía fortaleza a Dios para seguir luchando pues tenía tres hijos, hoy vive con ella su hija de trece años y vive al máximo cada minuto, cada segundo, cada día.
El cáncer es visto como una enfermedad sin cura, asociada a la muerte, aunque sepamos que los avances tecnológicos pueden proporcionar mayores posibilidades de alivio y una mayor calidad en la sobre-vida.
Así como ellas existen en el mundo miles de mujeres que están pasando por un cáncer que si se detecta a tiempo es curable, solo es necesario aprender a explorarse y perder el miedo y vergüenza, acudir a su doctor y realizarse exámenes.

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