La lucha de una madre por la salud de su bebé

Nogales.

Ser mamá es maravilloso, pero ser madre de un niño con una discapacidad lo es aún más, porque es necesario de triplicar esfuerzos para realizar esta difícil labor y Joana Paola Ruiz Uriarte lo sabe; día a día lucha por la salud y bienestar de su hija Damaris Yamileth Bernal Ruiz quien nació con el síndrome de Johanson.
Su páncreas e intestino no funcionan correctamente, por lo tanto, no absorbe las proteínas y su crecimiento se ve afectado por su enfermedad.
Actualmente la bebé tiene 18 meses, su embarazo fue normal, cuando nació los doctores le dijeron que presentaba un mal genético.
“En mi familia no hay este padecimiento, su papá nunca ha estado conmigo y no sé si exista este problema en su familia y no quiero saberlo, Dios me la mando y estoy luchando por ella”.
Joana tiene dos hijos más, un varón de 7 años y otro de 15, ambos estudian y es gracias a la ayuda de su mamá, así como a la caridad de mucha gente que ha logrado salir adelante.
“Cuando mi niña nació yo me preguntaba ¿por qué a mí, por qué a mi única niña? y si sufrí y busqué respuestas pero entendí que Dios me había mandado una responsabilidad y no era tiempo de reproches, era tiempo de luchar por su vida”.
Desde que Damaris nació Joana tuvo que dejar de trabajar, pues su pequeña requiere de cuidados y de alimentación especial.
“Si a mi niña se le alteran los niveles de hemoglobina puede morir y amo a mi hija y lucharé por su salud” expresó.
Constantemente la lleva a revisiones médicas a Hermosillo y Obregón, ha sido difícil porque tiene dos hijos que la necesitan y que también entienden su hermanita necesita los cuidados de su mamá.
Ruiz Uriarte vende productos por catálogo para poder obtener un ingreso para sus hijos, su mamá y el apoyo de la gente han sido un factor importante para no flaquear en su lucha.
Médicos me han dicho crudamente que su hija no vivirá mucho tiempo y ella sigue luchando por su vida y no flaqueara.
“Tengo a los mejores hijos que Dios me pudo mandar y me mandó una niña que cambió nuestras vidas, que nos hizo más humanos y que ha tentado el corazón de muchas personas que me brindan su ayuda incondicional”.
Dijo que no es fácil, el dinero falta siempre, los alimentos de Damaris son caros y tiene que sacrificar a sus otros dos hijos, pero está segura que va por el camino correcto por que sus hijos la apoyan y su bebé vive y alegra sus días.

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