El San Juan Bosco Rebasa la capacidad de atención a migrantes haitianos
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El Diario de SonoraNogales.
Hasta este miércoles ya se atienden en Nogales a más de 120 migrantes de Haití y siguen llegando.
La atención a los más de 100 migrantes haitianos ya rebasa la capacidad de los grupos de la iniciativa pública, como lo es el Albergue para Migrantes San Juan Bosco, sobre todo porque los caribeños demandan ciertas atenciones muy diferentes a las ofrecidas a otros migrantes como los mexicanos o centroamericanos.
Francisco Loureiro Herrera, director y fundador del albergue, manifestó que hasta este miércoles ya se atienden en Nogales a mas de 120 migrantes y que desconoce cuándo serán llamados para ser atendidos por autoridades migratorias de Estados Unidos, pero sí reconoce que el trámite es lento y cada día llegan más y se acumulan.
“El problema es que estas personas, como no hablan nuestro idioma, hay a veces problemas, por ejemplo con los alimentos, ellos son diferentes y especiales, ya tenemos ese problema porque no podemos hacer para diferentes grupos ciertos alimentos, principalmente carecemos de la capacidad económica”, dijo.
Agregó que el Gobierno de la Ciudad asignó a un par de agentes de Seguridad Pública para que apoyen con seguridad, mientras que voluntarios del mismo albergue procuran que los haitianos se dirijan con orden y respeten sobre todo los reglamentos internos.
“Supuestamente uno de los líderes dice que les prometieron muchas cosas y no se las han cumplido, nosotros no prometemos, hacemos y ofrecemos el albergue con lo que esté al alcance y nuestras posibilidades”, añadió.
Loureiro Herrera descartó apoyo por parte de los tres niveles de gobierno, además que pidió la ayuda de voluntarios para atender a los migrantes durante su estadía en el albergue, ya que algunos voluntarios dejaron de acudir y se quedaron apenas cuatro personas para la atención, debido a que es una actividad de 24 horas prácticamente.
“Ahorita nos informaron que llegaron ocho más y hay que atenderlos, el plan ideal es que no estuvieran tirados, acostados en el piso del cruce de la garita, para que no estorbaran a la ciudadanía que cruza a Estados Unidos, pensábamos que estas personas acatarían nuestro reglamento, pero parece que nos les gustó y estamos tardando en convencerlos en respetar”, comentó.
Ejemplificó que si uno de ellos quiere salir a fumar a la calle, salen todos y llenan la calle, si otro quiere buscar alguna tienda para comprar, no conocen las calles y la responsabilidad si algo les pasa es del personal del albergue, en donde si permanecen dentro están seguros y no tienen por qué salir.
También puso como ejemplo que en el caso de los cepillos dentales, lo usan una sola vez y lo desechan, no les gusta lavarlos para continuar usándolos, situación contraria a la costumbre en México e incluso se disgustan los haitianos si se les recomienda lavarlos para su continuo uso, hecho que complica la entrega de cepillos, porque no se pueden dar tres cada día.
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