José Padilla: Trabajo, constancia y ahorro para prosperar

Para entender los cambios que se han vivido en Nogales en los últimos 25 años se necesita ir más allá de los libros de  historia, se requiere ir a los personajes que desde sus diferentes rubros han influido en la transformación de esta frontera

José Padilla: Trabajo, constancia y ahorro para prosperar
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Nogales.

Para entender los cambios que se han vivido en Nogales en los últimos 25 años se necesita ir más allá de los libros de  historia, se requiere ir a los personajes que desde sus diferentes rubros han influido en la transformación de esta frontera.
El Diario de Sonora ha seleccionado reconocidas personalidades para conocer, a través de sus voces y vivencias, la evolución socioeconómica y cultural de la que hoy somos parte, y de la cual hemos dado cuenta a lo largo de nuestros 25 años de fundación, mismos que hoy celebramos con este compendio de entrevistas.
El empresario José Padilla, al frente de una las empresas más conocidas en esta frontera, es el primero en nuestra lista.

¿Quién es José Padilla?

Mi historia (suspira). Te contaré la historia de cuando llegué a Nogales. Llegué en 1956-1957, me vine con la concesión de Coca-Cola, aquí estaba una embotelladora, se llamaba Embotelladora de Sonora, estaba este presidente municipal, García, Octavio García y su hermano ‘El Carioca’, ellos tenían la embotelladora, pero excedieron en sus facultades y tuvieron problemas económicos, entonces yo tomé la empresa Coca Cola, la empresa me dio la franquicia a mí y mis hermanos, que eran embotelladores en el Valle de Mexicali, de todo el norte de Baja California. Y aquí ya tengo 59 años de ser embotellador de Coca-Cola y soy el embotellador más viejo del mundo, al tener una franquicia por tantos años.
Hay muchos otros que empezaron años atrás, pero algunos ya murieron, ya se fusionaron o se vendieron, por lo que hoy por hoy soy el embotellador más viejo del mundo, como embotellador independiente, dueño de una franquicia.
En el caminar de tantos años que llegué aquí a Nogales, la ciudad tenía 40 mil habitantes, eso es lo que se decía, pero quién sabe, nunca saben cuántos hay. Ahorita dicen que tenemos 400 mil, quién sabe. La cosa es como dice el dicho: Pueblo chico, infierno grande, y todo el mundo trató de hundirme.

¿Por qué lo trataron de hundir?

Querían tronarme, porque el pecado más grande del mundo es la envidia y la gente rica de aquí no quiere que llegue uno de fuera y empiece a hacer sombra.
Entonces mis propios compadres me ayudaron, siendo consejeros, los bancos no lo autorizaban, puras piedras en el camino, pero gracias a Dios salí adelante.

¿Cómo sorteó esa envidia?

Pues trabajando

¿Algunas de esas personas envidiosas son ahora sus amigos?

Sí lo son, gracias a Dios he tenido la virtud de que ya nos conocemos, los tuve localizados en aquel entonces, y no nomás a ellos, a muchos de la república mexicana. La misma compañía Coca-Cola trató de hundirme. Por ejemplo, tenía yo una guerra de envases con la Pepsi Cola, la cual era más grande que yo, tenía 10 plantas, en la república, sobre todo en la costa del Pacífico y Ciudad Juárez, y entonces me sacaban el envase y me lo quebraban, y la empresa Coca Cola nunca me ayudó. Tuve una guerra con la Pepsi Cola durante 45 años.

¿Terminó ya esa guerra?

Sí, los Ruffo, quienes la tenían, ya vendieron y ahora está otra gente, gracias a Dios. Pero he sufrido mucho para salir adelante (entre risa y suspiro).

¿Cuánta gente trabaja actualmente en Coca-Cola?

555 personas

¿Y con cuántas personas empezó?

¡Uy!, empecé a trabajar a una cuadra del Fray Marcos, en la Ingenieros, en un terreno de 600 metros, que era de Memo Mascareñas, pero mi territorio daba hasta Querobabi, son 150 kilómetros de aquí de Nogales, pero como no tenía dinero y no podía hacer planta nueva, pues la compañía Coca Cola me quitó la mitad del territorio, me dejó Nogales, Magdalena, Cananea, Nacozari, Agua Prieta, Naco y Santa Cruz.
Y después de que me quitó la mitad, me quitó la otra mitad, estaba un embotellador en Agua Prieta, se llamaba Ángel de la Torre, y pues en aquel entonces, dicho por él mismo, le ofreció dinero a los ejecutivos de Coca-Cola y me quitaron esa franquicia.
Pasó el tiempo y le dije a Ángel, yo no puedo vivir así y tú tampoco, estaba muy chiquito el territorio, o te vendo o me vendes. Yo te vendo, me dijo. Total que en 1977 le pagué lo que me costó volver a comprar un territorio que era mío.
En el curso del tiempo tuve cinco estaciones de radio, aquí, empecé con la EXEW, que era un querido compadre mío, que se metió en dificultades, y le di la firma en el banco, cosa que jamás lo hago y a los dos años me dijeron en el banco que no había pagado, total que tuve que comprar esa estación, y ya dentro de eso se empezaron a ofrecer, el señor Mascareñas, que era el de la CG, de la HF, que ahorita es Radio Fórmula, y compre ésa y una Caborca.
Y con el paso del tiempo y la devaluación, y tantos problemas que tenemos en la frontera, vivimos dos economías, que es la de Estados Unidos y la de México, pero básicamente basada en dólares, pues entonces con las devaluaciones tuve que vender.
Compré un rancho, que era la Bellotosa y el Pinito, de mil hectáreas y ahí empezaron a construir el camino al Sáric, y en aquel entonces en Nogales se consumía pura leña, todo mundo usaba leña para calentarse, para cocinar para todo. Pero el gobierno no dejaba que se tumbaran árboles, era muy estricto. Pero como comenzaron a tumbar árboles en mi terreno para hacer la carretera al Sáric, pues esa leña era mía, y con eso pagué el rancho.
En el camino vino un señor de Naco y me ofreció comprarme el rancho. Me ofreció buenos centavos y se los vendí, y con eso empecé el negocio de los camiones, fletero de camiones, la JP.
Un compadre mío, de Culiacán, agricultor, me dice: ‘Yo te ayudo, compra más camiones y esto y lo otro’. Pues le dije no tengo dinero, había comprado un camión, que en aquel entonces costó 25 mil dólares, y mi hermano me decía que valía más que la embotelladora (risas). Pues sí, pero necesitaba hacer otra cosa, porque a veces no tenía dinero ni para pagar los sueldos de la embotelladora, tenía que tener otros ingresos. Y este compadre mío me dijo: ‘Compadre, ve al Valley National Bank y dile que te presten dinero, que digo yo’. Y así fue, me prestaron dinero, llegué a tener hasta 20   camiones, pero no falta, en esta vida siempre hay problemas, nunca se puede considerar que no se tiene ningún problema… la cosa es que tuve que vender los camiones, porque fue cuando la cosa de la droga empezó bien duro, y los que estaban en ese negocio compraban camiones para invertir el dinero y ellos fleteaban y fleteaban muy barato, como no les había costado nada. Total que vendí y me salí de ese negocio, en el año de 1965 a 1970-1972.
Total que compraba negocios y los tenía que vender, compré acciones de uno de los mejores ingenios del país, que están en Veracruz y Oaxaca, que de ahí nos surtían la azúcar, y también tuve que venderlas, porque lo que yo quería era conservar el negocio de la Coca-Cola, que yo había iniciado, que había sufrido, con la competencia, con la misma compañía Coca-Cola, con la gente de aquí; comprar y vender, eso ha sido mi vida aquí en Nogales (risas).
Gracias a Dios, en 2013 vendí el 25 por ciento de mi negocio, se lo vendí a Arca Continental, que es el tercer embotellador más grande del mundo, y con eso hicimos la planta nueva que inauguramos el año pasado, el 31 de mayo, el día de mi cumpleaños. Y hoy por hoy es la planta más moderna y ejemplo en la república mexicana.

¿Cuál considera es la clave para mantener un negocio por tantos años?

Trabajar muy duro, tener conocimiento de dónde estás, a dónde vas y qué es lo que quieres. Tener un negocio, en mi caso, me aferré a poner la Coca-Cola, nadie puede poner otra planta de Coca-Cola, es franquicia mía. Sin embargo en cualquier otro negocio, como un periódico, un hotel, puede llegar alguien con más lana y te lleva la fregada, y aquí mientras yo tenga la Coca-Cola, nadie puede instalarse.

Es su territorio

Así es, y es un negocio noble, que en tiempos malos en los que la gente no tendrá dinero para ir a cenar, pero sí tiene dinero para salir con sus hijos a comprar una Coca-Cola.

¿Usted toma refresco, toma Coca-Cola?

‘Pos’ voy a cumplir 87 años y todo el mundo me dice que estoy muy bien, y estoy muy bien y tomo Coca-Cola.

¿Sus hijos siguen en Coca-Cola?

Mmm no, cuando vendí el 25 % a Arca Continental, una de las condiciones fue el que tuvieran que salir mis hijos, y me dio mucho gusto. Yo les dije: ‘¡Qué bueno que pasó esto, sino, yo los hubiera sacado!’. Y es que con la familia en los negocios es complicado, se siente dueños, no cumplen, no van, etcétera, etcétera, y pues se enojaron conmigo y todo, pero así es. Es difícil hacer negocios con la familia.

Entonces, ¿usted sigue al frente de la empresa?

No, mira, Arca Continental es una empresa pública, está en la bolsa de valores. La ley dice que si trabajas en una empresa pública, como todas las que están en la bolsa, manejas el dinero de mucha gente. Puedes ir a un banco y decir que quieres acciones de tal empresa. Entonces como manejas el dinero de mucha gente la ley obliga a que ellos deben administrar. Entonces el gerente que está ahorita es gente mía, pero bajo la administración de ellos. Ellos son los que administran, mis hijos echan un ojo, son miembros del consejo, pero no administran. El que más tiene ingerencia es Juan Carlos, ‘El Bebo’, pero hay un Consejo.

En materia de negocios, ¿cuál fue la recomendación que le hizo a sus hijos?

Trabajo, constancia, es lo que te digo... Tienes que conocer el negocio, el ahorro, si no hay ahorro nunca vas a salir adelante, pues en un segundo te cambia la vida, tienes que tener ahorro.

¿Cómo describiría los últimos 25 años de Nogales?

(Mirando a la calle a través de la ventana del Fray Marcos) Nogales es una frontera, como todas las fronteras de México, van a ser lo más grande de México porque tenemos una doble economía. Y Estados Unidos está pensando hacer un recinto fiscal en toda la frontera con México, entonces aquí se van a venir todas las industrias del mundo a formar un recinto fiscal. Hay una cosa muy curiosa, todo el mundo está dolarizado, todos tienen dólares, llámale el país que tú quieras, sus  escondites , sus ahorros son en dólares, los que se amuelan al fisco, lo que los políticos se roban, etcétera, todo lo tienen en dólares. Por ejemplo hace tiempo los políticos decían México para los mexicanos, sin embargo eso políticos que se llevaban mucho dinero lo convertían en dólares y lo ponían en Estados Unidos, sin embargo no invertían en México, hasta que ya los hicieron a un lado y que se venga a invertir el mundo entero y fue cuando surgió el turismo, la industria y la maquila, cosas completamente absurdas. Y ahorita tenemos un caso muy triste, el 4 de julio me invitaron ahí con el cónsul americano y acababa de llegar el cónsul de México en Nogales, Arizona, y ahí los junté a los dos y les dije: una de sus funciones es que las dos ciudades, dos países, crezcan en armonía, con amistad. Sin embargo en Nogales, ambos Nogales, no puedes hablar de alguien porque todos están emparentados (risas), parece mentira, pero es cierto. Sin embargo al final de cuentas, hay una cosa importante, Nogales, Sonora tiene 400 mil habitantes y Nogales, Arizona tiene 35 mil, no se vale. Hay que ayudar también al otro lado, porque si está bien, pues vienen para acá y nosotros para allá. Entonces les dije a los cónsules: ‘¿Por qué no juntan a los ricos que tienen sus dólares al otro lado y en vez de tenerlos en el banco, donde no les dan un peso, por qué no los invierten en terrenos, o hagan negocios, que es lo que yo estoy haciendo?’. Acabo de comprar el Mr. C, invertí en el hospital de Green Valley, compré unos terrenos. En vez de tener los dólares al otro lado, hay que invertirlo.
El cónsul mexicano me dice: ‘Yo voy a hacer una junta para convocar a todas las fuerzas vivas, inversionistas, comerciantes, para platicar de ello y te pido que me acompañes’. Y así fue, el encuentro fue a las 8:30 de la mañana en las instalaciones del consulado… Si no es de esa manera nunca vamos a poder salir adelante ambos Nogales.
Nogales, Sonora está creciendo porque somos un país maquilador, con los sueldos bajos, pero en el otro lado, hay un señor de origen griego que está comprando todos, todo que lo que no funciona lo está comprando, yo por eso me metí y compré el Mr. C, porque me dijeron: ‘No queremos que este señor lo compre’ y pues ahí estoy.

¿Y en esos 25 años, cuál considera ha sido su aportación a la comunidad?

Mi aportación ha sido crear fuentes de trabajo, fuera de la maquila, Coca-Cola es la industria más grande de Nogales.

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