Cada atardecer, durante el verano, una multitud se reúne a las afueras de una estructura de control de inundaciones en Phoenix, con la mirada fija en el cielo. El sol comienza su descenso, pintando el horizonte con tonos rojizos, y la expectación se palpa en el aire.
De pronto, la noche se llena de un aleteo silencioso y veloz. Miles de murciélagos de cola libre mexicanos, que habitan en la estructura desde hace décadas, emergen de su guarida. La escena, que se repite año tras año, es un espectáculo natural que ha cautivado a visitantes y residentes por igual.
Ver a todos estos murciélagos volando juntos es algo increíble, comenta Jen Meade, turista proveniente de Florida. Para mí, es una experiencia única en la vida.Para muchos, como Chris Bawden, nacido y criado en Arizona, el descubrimiento de este fenómeno ha sido una revelación. “Es increíble verlos volar a sólo unos centímetros de tu cabeza”, relata Bawden.
La colonia de murciélagos, que llega en mayo y se marcha en octubre, ha encontrado un hogar temporal en la estructura de control de inundaciones, construida en 1994. Lisa Blyler, del Distrito de Control de Inundaciones del Condado de Maricopa, asegura que los murciélagos no causan problemas y, de hecho, se convierten en aliados de la comunidad, ya que se alimentan de insectos.
El espectáculo de los murciélagos es un espectáculo impresionante y efímero que dura aproximadamente 20 minutos. La entrada a la cueva de murciélagos, que se encuentra cerca de la calle 40 y Camelback Road, está restringida al público debido al peligro de inundaciones repentinas. Señales de prohibición de entrada advierten sobre el riesgo de aguas de inundación que pueden llegar a los seis pies de altura.
A pesar de la prohibición, el espectáculo es observable desde una zona segura detrás de un muro de vallado que rodea la entrada. “Es una de las cosas más interesantes que puedes ver en Phoenix”, afirma Blyler.