Al llegar al lugar, los bomberos encontraron un sofá envuelto en llamas, justo en la entrada de emergencia del tercer piso del edificio Agave Apartments.
El sospechoso de este acto, un joven de 19 años llamado Jacob Jarvis, estudiante de la misma universidad, fue detenido y enfrenta cargos por incendio provocado en una estructura ocupada. La investigación reveló que el fuego no fue accidental. Documentos judiciales señalan que Jarvis, con una actitud de aparente indiferencia, confesó haber iniciado el fuego usando un encendedor que había robado a su compañero de habitación. Según su relato, las llamas se iniciaron al encender unos papeles pegados en la puerta de una habitación, cuyo aroma a humo alertó a los residentes.
Jarvis, sin embargo, no se detuvo ahí. En el mismo lugar, minutos después, decidió incendiar la parte posterior de un sofá ubicado en un área común, utilizando el mismo encendedor. Luego, con frialdad, lo tiró a la basura como si nada hubiera pasado. Su explicación: "estaba estresado y no me sentía bien".
El incendio, aunque aparentemente pequeño, causó daños por agua por el sistema de rociadores, estimados en aproximadamente $50,000. Afortunadamente, no se reportaron heridos, pero alrededor de 20 estudiantes fueron desplazados de sus hogares.