El secreto del antojo: ¿Por qué siempre queremos más azúcar?
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El estudio, liderado por Henning Fenselau, se centró en un fenómeno que muchos conocemos como el "estómago de postre". Para entenderlo, los científicos analizaron el comportamiento de ratones, observando su reacción ante el azúcar, incluso cuando estaban completamente saciados. Los resultados revelaron un mecanismo cerebral fascinante.
La clave se encuentra en las neuronas POMC. Estas células nerviosas se activan al percibir el azúcar, incluso antes de su consumo. "Es como si el cerebro anticipara la recompensa", explica Fenselau. Pero lo más sorprendente es lo que sucede después: al ingerir azúcar, las neuronas POMC liberan no solo moléculas que estimulan la saciedad, sino también β-endorfina, un opiáceo natural del cuerpo.
Esta β-endorfina actúa sobre otras neuronas con receptores opioides, desencadenando una sensación de recompensa que, a su vez, impulsa el consumo de azúcar más allá de la saciedad. Este efecto, según el estudio, es específico del azúcar; no se observa con alimentos normales o ricos en grasas. De hecho, al bloquear esta vía opioide en ratones saciados, se evitó el consumo adicional de azúcar.
Pero la investigación no se quedó en los ratones. Mediante escáneres cerebrales en voluntarios humanos, se observó la misma reacción cerebral ante una solución de azúcar administrada a través de una sonda. La misma región cerebral, rica en receptores opioides cerca de las neuronas de la saciedad, respondía de igual manera en humanos y en ratones.
El equipo del Dr. Fenselau destaca la relevancia evolutiva de este mecanismo: "El azúcar es escaso en la naturaleza, pero proporciona energía rápida. El cerebro está programado para controlar su ingesta cada vez que está disponible". Este descubrimiento abre nuevas posibilidades para el tratamiento de la obesidad, considerando la combinación de fármacos que bloquean los receptores opioides con otros tratamientos para la supresión del apetito.
La investigación continúa, explorando las implicaciones a largo plazo de este hallazgo y sus potenciales aplicaciones en la lucha contra el sobrepeso y la obesidad en la población mexicana.