Busca Johan Santana otro regreso, ahora con Azulejos

Dunedin, Florida.

Cuando el venezolano Johan Santana entró al vestidor de los Azulejos por primera vez, la mañana del sábado, lo esperaba una sorpresa en su casillero.
Pegada en la esquina inferior izquierda, justo debajo de su jersey azul con el número 57 y su gorra, estaba una fotografía del festejo de Santana tras su juego sin hit con los Mets de Nueva York en junio de 2012, uno de los mejores momentos de su carrera.
“Sé quién lo hizo”, dijo el zurdo con una sonrisa.
Fue su buen amigo y receptor suplente con Toronto, Josh Thole, compañero de batería en la gema de 134 pitcheos aquella noche en Citi Field, el único juego sin hit en la historia de los Mets.
Para Santana, luego de dos operaciones en el hombro de lanzar y un desgarre en el tendón de Aquiles sufrido en sucursales de Baltimore en junio pasado, la fotografía sirvió como un emotivo recordatorio de su brillante pasado.
A dos semanas de cumplir 36 años, esas son las alturas a las que quiere regresar Santana, dos veces ganador del Cy Young de la Liga Americana con Minnesota.
“Sería algo grandioso volver a esos días”, comentó Santana, quien no ha lanzado en Grandes Ligas desde agosto de 2012. “Sé que fue algo muy especial... Ojalá sea capaz de volver y vestir este uniforme en un montículo de Grandes Ligas y recuperar esa sensación”.
Santana dio el primer paso el jueves, al firmar con los Azulejos un contrato de ligas menores, con la esperanza de volver a Grandes Ligas esta temporada. Pero el lanzador sabe que apenas es el comienzo.
“Siempre soy optimista en lo que hago y pienso”, comentó Santana. “Nunca me rindo. El año pasado estuve cerca y todo iba bien. Desafortunadamente sucedió otra cosa que no tuvo nada que ver con mi brazo. Ahora tengo que volver”.
Es más fácil decirlo que hacerlo para Santana, alguna vez temido por los bateadores debido a su devastador cambio de velocidad y su recta arriba de las 90 millas por hora.
Dada la severidad de sus lesiones, Santana se ha visto limitado a solo 21 juegos desde 2010. Su velocidad también se llevó un duro golpe, y promedió entre 86 y 89 millas por hora durante su única aparición en la pelota invernal en su natal Venezuela a inicios de año. No vio más acción debido a molestias con el hombro.

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