Es el Madrid leve favorito

BARCELONA, ESP.
Chocan hoy con Barcelona en una edición más del clásico del futbol español.
La estadística reciente señala que el ganador del partido Barcelona-Real Madrid acostumbra a proclamarse campeón de la liga española a final de temporada, pero el 233er clásico que ambos disputaran el sábado va mucho más allá de la conveniencia por conseguir los tres puntos en juego.
El duelo entre azulgranas y madridistas es también, de nuevo, el de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, los dos astros del fútbol mundial que se reparten los últimos ocho trofeos al Balón de Oro. Se trata de un lance planetario que juntará cerca de 100.000 aficionados en el estadio Camp Nou y millones de telespectadores ante la pantalla. Lo juegan futbolistas, entrenadores, directivos, aficionados, patrocinadores y hasta periodistas.
Sus variantes pueden ser, como siempre, infinitas, con giros y protagonistas de lo más inesperado. Aunque de inicio, los focos se fijen siempre en el argentino Messi y el portugués Cristiano, quienes se medirán por 26ta vez en su carrera defendiendo la camiseta de sus respectivos clubes.
Actualmente manda el Madrid en la clasificación, con 33 puntos tras 13 fechas disputadas y luciendo una racha invicta de 31 partidos en todas las competiciones que remonta a la pasada campaña. Poco le importa al equipo dirigido por Zinedine Zidane, vigente campeón de la Liga de Campeones, la forma en que acumula triunfos y títulos. Llega como mejor visitante del campeonato, donde es también el conjunto que más golea de mano de Cristiano, máximo cañonero con 10 dianas, cinco de ellas en las últimas dos fechas.
“Estar por delante no significa nada. Siempre nos jugamos mucho. No hacemos cálculos”, aseguró el viernes Zidane. “Ellos son los campeones, y los campeones siempre son buenos en los partidos grandes”.
El Barsa, siempre sumido en el debate estilístico, mira al acérrimo rival desde la posición de escolta, seis puntos abajo y con notable inquietud, tras hilvanar dos empates ligueros ante Málaga y Real Sociedad.
El último contra los realistas, donde los azulgranas apenas dispararon al arco, expuso la peor versión de los de Luis Enrique y mereció un serio toque de atención del central Gerard Piqué.
“Nos faltó actitud, y así va a ser muy difícil ganar la liga”, avisó Piqué.