Los Tigres, con la espalda contra la pared, necesitaban un héroe para evitar la eliminación en la Serie Divisional de la Liga Americana. ¿Quién mejor que Kerry Carpenter, el joven bateador que había demostrado su poder en la temporada regular, para responder a la llamada?
Carpenter, aquejado por una lesión en el tendón de la corva, se preparó para salir al terreno de juego. Su participación era incierta, pero la adrenalina del juego 5 lo impulsaba. "Tiene dolencia y está lidiando con un malestar y no se siente al 100%, pero también tiene la adrenalina del juego 5 de la serie divisional", admitió el mánager A.J. Hinch. "Entonces esa es una buena respuesta a no sentirse de lo mejor y esperemos que la adrenalina y la emoción sean más importantes que sus problemas".
En la quinta entrada, con la pizarra empatada a cero, Carpenter se plantó en el plato. El novato Andrew Walters, lanzador de los Guardianes, le lanzó un pitcheo, y Carpenter lo conectó con fuerza. El batazo se dirigió al jardín derecho, donde el outfielder no pudo atraparlo. Trey Sweeney, quien había recibido un boleto para iniciar la entrada, corría hacia la home plate y anotó. Los Tigres tomaron la ventaja 1-0, y la esperanza volvió a encenderse en el dugout.