La concentración en el equipo y la pasión por el país pueden ser razones suficientes para tomar esta decisión.
Álvaro Fidalgo, centrocampista del América mexicano, es un ejemplo de esto. "Sí, soy mexicano, pero no de ahora. Hace ya un montón de meses que se dio, pero no pensé que tenía que decirlo al público", afirmó el jugador de 27 años en conferencia de prensa. Aunque obtuvo su carta de naturalización hace varios meses, no lo anunció para evitar polémicas y mantenerse concentrado en su equipo.
Las reglas de FIFA establecen que un jugador naturalizado solo puede jugar con el equipo de su nuevo país si cumple con al menos cinco años de participar en su liga. En el caso de Fidalgo, esto significa que no podrá jugar con la selección mexicana hasta abril de 2026. Las especulaciones sobre su posible selección han crecido debido a la crisis de talento que atraviesa el Tri, pero Fidalgo insiste en que su naturalización no fue por esa razón.
"Soy muy feliz en el país y por eso opté por tomar la nacionalidad mexicana", subrayó. En lugar de enfocarse en la selección, Fidalgo se prepara con América para jugar el partido de ida de la semifinal del Apertura 2024 ante el líder Cruz Azul. La presión es diferente para ambos equipos, ya que América busca el tricampeonato y Cruz Azul es el favorito para coronar un gran torneo regular.
La situación de Fidalgo es un ejemplo de cómo la nacionalidad y la selección no siempre están directamente relacionadas. La pasión por el país y la concentración en el equipo pueden ser razones suficientes para tomar la decisión de obtener la nacionalidad de un país.