Una victoria contundente marcó un antes y un después para un equipo en particular, dejando a otros con la incertidumbre de un futuro incierto.
Los Giants de Nueva York, con un récord desfavorable que ya alcanza las diez derrotas consecutivas - un récord para la franquicia -, se enfrentaron a los Falcons de Atlanta en un partido que definió gran parte de la suerte de ambos. La derrota, sellada con un marcador de 34-7, ha dejado a los Giants con un panorama sombrío, muy alejado de las expectativas iniciales de la temporada.
El debut de Michael Penix Jr. como quarterback titular de Atlanta fue el centro de atención. Seleccionado en el octavo lugar del draft, Penix sustituyó a Kirk Cousins, a pesar de la millonaria inversión realizada por los Falcons hace solo nueve meses (un contrato de cuatro años y 180 millones de dólares, con 100 millones garantizados). Su desempeño, aunque con algunos errores —como tres pases sueltos, uno de ellos interceptado—, fue satisfactorio. El novato completó 18 de 27 pases para 202 yardas.
Pero la clave de la victoria de Atlanta no se encontró solo en el desempeño de Penix. La defensa de los Falcons brilló con dos pick-6, intercepciones regresadas para touchdown por Jessie Bates y Matthew Judon. Estas jugadas decisivas marcaron la pauta del encuentro, facilitando la victoria a los Falcons (8-7), que encadenan así su segunda victoria consecutiva tras una racha de cuatro derrotas consecutivas que había complicado severamente sus aspiraciones a playoffs.
La actuación ofensiva de Atlanta también merece mención. Bijan Robinson, corredor de los Falcons, destacó con dos carreras de touchdown de 2 y 4 yardas, sumando 94 yardas en 22 acarreos. Con este desempeño, Robinson alcanza las 10 carreras de touchdown en la temporada, convirtiéndose en el primer corredor de Atlanta en lograr esta marca desde Devonta Freeman en la temporada del Super Bowl 2016.
El futuro inmediato se presenta con diferentes desafíos para ambos equipos. Los Giants recibirán a los Colts de Indianapolis el próximo domingo, y cerrarán la temporada en Filadelfia el 5 de enero. Una nueva derrota colocaría a Nueva York en su peor racha desde la temporada de 1974. Mientras, los Falcons viajarán a Washington para enfrentarse a los Commanders en un encuentro que podría acercarlos aún más a la tan ansiada postemporada.