La clave estuvo en el desempeño individual, en esos momentos de brillantez que deciden el destino de un encuentro.
Hablamos de un enfrentamiento entre los Celtics de Boston y los Pelicans de Nueva Orleans, donde el regreso de Zion Williamson, tras una suspensión por retraso en actividades del equipo, generó una expectación considerable. Su impacto en la cancha fue inmediato, aunque no suficiente para llevarse la victoria.
Jayson Tatum fue la figura estelar para Boston, con una actuación impresionante de 38 puntos y 11 rebotes. Su compañero, Kristaps Porzingis, también contribuyó significativamente con 19 puntos y 11 rebotes. Un trabajo en equipo que resultó fundamental para superar el ímpetu inicial de Nueva Orleans.
Del lado de los Pelicans, Trey Murphy III brilló con 30 puntos, mientras que Williamson, a pesar de su regreso, se quedó en 16 puntos y 7 rebotes en 28 minutos de juego. A pesar de su esfuerzo, la efectividad en el tiro a larga distancia, un factor clave en el encuentro, los dejó cortos.
Los Pelicans dominaron en los primeros instantes, sacando una ventaja de hasta 11 puntos. Sin embargo, la inconsistencia de Boston desde la línea de tres puntos, "solo 13 de 44 intentos", casi les cuesta el partido. La reacción posterior de los Celtics, impulsados por la excepcional actuación de Tatum y Porzingis, les permitió remontar.
Dejounte Murray, con una notable actuación de 26 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias, fue otro jugador clave en la victoria de Boston. Sus 17 puntos en la primera mitad fueron vitales para mantener a los Celtics en el juego. Esta victoria deja a los Celtics con un registro de 7-6 en sus últimos 13 partidos, evitando una derrota inesperada contra uno de los equipos con un desempeño menos consistente esta temporada.
El calendario no da respiro. Los Pelicans se enfrentarán a los Bulls el martes, mientras que los Celtics viajarán a Toronto para jugar contra los Raptors el miércoles. El ritmo de la NBA no perdona.