El Abierto de Australia 2025, que arrancó el domingo, es el escenario. No es solo el primer Grand Slam del año, sino el primero desde que Rafael Nadal, a sus 38 años, jugó su último partido en la Copa Davis el pasado noviembre. La leyenda de Roger Federer, finalizada en 2021, aún resuena en la memoria colectiva. “Está llegando a su fin esta era. Es duro para nosotros. Crecimos viéndolos a todos,” comentó Francisco Cerúndolo, tenista argentino de 26 años, reflejando un sentimiento compartido entre la nueva generación de jugadores que compartieron cancha y vestuario con estos titanes.
Y en medio de este cambio generacional, Novak Djokovic, a sus 37 años, se erige como la figura central. Con 24 títulos de Grand Slam, busca en Melbourne Park, donde ha ganado 10 de sus trofeos, los números 11 y 25. Su primer rival: Nishesh Basavareddy, un joven de 19 años que recientemente dejó la Universidad de Stanford para dedicarse al profesionalismo. “Ya es un buen número de años los que he venido a Australia,” declaró Djokovic, reconociendo su exitosa trayectoria en tierras australianas.
Este año, sin embargo, hay una diferencia notable: Djokovic es entrenado, al menos para este torneo, por su antiguo rival, Andy Murray, quien se retiró del tenis profesional en agosto pasado. “Pensamos que lo intentaríamos y quiero ver si puedo ayudar,” afirmó Murray, destacando la grandeza de Djokovic: “Novak no es solo uno de los mejores tenistas de todos los tiempos. Es uno de los mejores deportistas de todos los tiempos”.
El cambio también se percibe en lo personal. Djokovic está acompañado por su familia: su esposa e hijos, un contraste con la juventud de Basavareddy, quien creció admirando al serbio. “Ha sido mi jugador favorito desde que comencé a ver tenis, realmente,” confesó Basavareddy, un sentimiento compartido por muchos jóvenes tenistas que crecieron viendo a Federer y Nadal.
A pesar de no haber ganado un Grand Slam en 2024 (algo que no le ocurría desde 2017), Djokovic logró una victoria significativa: la medalla de oro olímpica en individuales. Este triunfo, tras una temporada marcada por una operación de rodilla, lo llevó a acortar su calendario, omitiendo las Finales de la ATP, para concentrarse en su preparación junto a Murray. La pregunta ahora es: ¿hasta cuándo seguirá compitiendo Djokovic?
Las opiniones de sus colegas son contundentes. Wesley Koolhof, retirado el año pasado con dos títulos de Grand Slam, comenta: “Nole sigue bastante en forma, tengo que decir… Nole sigue fuerte. ¿Quién sabe cuántos años le quedan?” Alexander Zverev lo considera “uno de los mejores jugadores del mundo,” mientras que Carlos Alcaraz lo describe como “un jugador realmente peligroso” en Australia.
La incertidumbre se cierne sobre el futuro, pero una cosa es clara: la era de los Tres Grandes ha terminado, dejando a Djokovic como el único heredero de una época dorada en el tenis masculino.