El Real Madrid, gigante del balompié, ha dado un paso sin precedentes. Dos días después de su inesperada derrota 1-0 contra el Espanyol, el club presentó una queja formal ante la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y las autoridades deportivas nacionales. La misiva, de cuatro páginas, no deja lugar a dudas sobre la gravedad de la situación.
El centro de la controversia reside en el encuentro contra el Espanyol. La jugada clave se centra en una fuerte entrada de Carlos Romero sobre Kylian Mbappé al minuto 60. Romero recibió tarjeta amarilla, pero el Madrid considera que debió ser expulsado. A esto se suma la anulación de un gol de Vinicius Júnior al minuto 21, que el Madrid califica de “absolutamente legal”, tras una revisión del VAR que detectó una supuesta falta previa de Mbappé.
El club blanco argumenta que la actuación del VAR y el equipo arbitral fue “escandalosa”, y exige el acceso a las conversaciones de audio de las jugadas en disputa. La frustración del Real Madrid es evidente en su comunicado, donde se denuncia:
- La falta de credibilidad del arbitraje español.
- Un sistema arbitral operando sin control efectivo.
- La falta de imparcialidad en las decisiones.
La derrota ante el Espanyol permitió al Atlético de Madrid acercarse a solo un punto del líder en la clasificación, antes del crucial derbi madrileño en el Santiago Bernabéu este sábado. El impacto de esta queja formal del Real Madrid promete ser considerable para el desarrollo de la liga y la relación entre los clubes y la RFEF en las próximas semanas.