Pero esta vez, la noticia no gira en torno a un nombre ya consagrado, sino a la promesa emergente del balompié mexicano: Stéphano Carrillo. A sus 18 años, este delantero, que ha marcado un solo gol en 18 partidos con el Santos Laguna, da el salto al viejo continente. Su destino: el Feyenoord de Países Bajos, un club que conoce bien la calidad del futbol mexicano, sobre todo después de la reciente partida de Santiago Giménez al AC Milan.
El anuncio conjunto de ambos clubes confirmó el traspaso, aunque sin revelar detalles financieros ni la duración del contrato. “Eso significa que no podrá jugar de inmediato con Feyenoord,” señaló el comunicado del club holandés, añadiendo que Carrillo concluirá algunos trámites administrativos en México antes de viajar a Rotterdam.
El joven Carrillo, con un historial destacable en las categorías inferiores de la selección mexicana – 26 goles en 33 partidos con la Sub-17 y 3 en 8 con la Sub-20 – llega al Feyenoord con el reto de consolidarse en una liga de alta exigencia. Su trayectoria hasta ahora muestra un potencial interesante, aunque su escaso número de goles en la primera división mexicana genera cierta expectativa sobre su adaptación al futbol europeo.
La conexión entre Feyenoord y el futbol mexicano se refuerza con la figura de Dennis te Kloese, director deportivo del club holandés, quien cuenta con una amplia experiencia en las fuerzas básicas de equipos mexicanos como Chivas y Tigres, además de su paso por las selecciones juveniles mexicanas. Esta experiencia sin duda ha facilitado la incorporación de Carrillo al equipo, representando un nuevo capítulo en la historia de la internacionalización del talento mexicano.
El futuro inmediato de Carrillo en el Feyenoord es incierto, pero su llegada representa una oportunidad de crecimiento y desarrollo profesional significativa en una liga competitiva y con alta visibilidad internacional. Su adaptación y rendimiento serán clave para determinar su proyección a largo plazo.