Ureña refuerza rotación Mets tras lesiones de Montás y Manaea

Esta semana, la incertidumbre en la rotación de lanzadores de los Mets de Nueva York se hizo palpable. Frankie Montás, lanzador dominicano, sufrió un tirón en el músculo dorsal, mientras que el zurdo Sean Manaea se lesionó el oblicuo derecho. Estas bajas inesperadas obligaron a la gerencia del equipo a buscar soluciones inmediatas para reforzar su plantilla.
Y la solución, al menos parcialmente, llegó desde la República Dominicana. Se trata de José Ureña, un veterano lanzador de 33 años con una amplia trayectoria en las Grandes Ligas. Ureña, quien firmó un contrato de ligas menores con los Mets el viernes pasado, viene de una temporada con los Rangers de Texas donde dejó un registro interesante, a pesar de no haber sido constante.
En 2023, con Texas, Ureña compiló un récord de 5-8 con una efectividad de 3.80 en 24 apariciones, nueve como abridor y quince como relevista. Su desempeño como abridor fue de 2-6 con una efectividad de 5.08, mientras que como relevista mostró mayor eficiencia. "Sus números globales no cuentan toda la historia, ya que mostró momentos de gran efectividad", comentó un analista de béisbol. A lo largo de su carrera, ha acumulado un récord de 44-77 y una efectividad general de 4.76 en diez temporadas con diferentes equipos: Miami (2015-20), Detroit (2021), Milwaukee (2022), Colorado (2022-23), los Medias Blancas de Chicago (2023) y los Rangers.
Su experiencia y versatilidad, pudiendo actuar tanto como abridor como relevista, lo convierten en un activo valioso para un equipo que busca cubrir las bajas significativas causadas por las lesiones. Su incorporación a la organización de los Mets representa una apuesta estratégica en busca de la estabilidad necesaria para afrontar la ardua competencia de la temporada.
Los detalles sobre su rol específico dentro del equipo neoyorquino aún están por definirse, pero su llegada sin duda inyecta un elemento de experiencia y competencia interna al cuerpo de lanzadores. Su efectividad en el montículo en los próximos juegos determinará el verdadero impacto de su contrato.