Afuera, decenas de personas—vecinos, compañeros de infancia, aficionados—formaron filas con las manos en los bolsillos, como si el frío de julio fuera culpa del vacío que dejaron.
Los detalles del accidente siguen siendo escasos, pero lo que se sabe es suficiente para helar la sangre: un Lamborghini devorado por las llamas en una carretera solitaria cerca de Zamora, dos jóvenes atrapados sin posibilidad de auxilio. Las autoridades españolas confirmaron que no hubo otro vehículo involucrado. "Los cuerpos fueron identificados por la familia antes de la repatriación", explicó un portavoz de la Guardia Civil.
Jota, de 28 años, acababa de cumplir un sueño fuera de las canchas: casarse con
Rute Cardoso, su pareja desde la adolescencia, en una ceremonia íntima. La luna de miel se truncó demasiado pronto. Dejó tres hijos, el menor de apenas un año, y un legado en
Liverpool donde era querido no solo por sus goles—como aquel que cerró la Premier League—sino por su humildad. Mientras, André, de 25, aspiraba a seguir los pasos de su hermano en el
Penafiel, club de las divisiones menores portuguesas.
- Raíces profundas: A pesar de la fama, Jota nunca dejó de visitar el Gondomar SC, el club donde empezó a patear balones a los 9 años.
- Solidaridad global: Desde Anfield hasta el Euro Femenino, el fútbol guardó minutos de silencio. Las redes ardieron con mensajes de Van Dijk y Fernando Santos.
- Misterio pendiente: La policía no ha descartado ninguna hipótesis sobre las causas del choque. Los informes toxicológicos podrían tardar semanas.
En las calles de
Gondomar, cerca del modesto campo donde Diogo dio sus primeros regates, alguien pintó un mural improvisado:
"Os ganamos a todos, menos al destino". La frase resume lo que siente una ciudad que hoy viste de luto su orgullo más grande.
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