World Athletics impone pruebas genéticas obligatorias para atletas femeninas

"Estamos diciendo que, a nivel de élite, para competir en la categoría femenina, debes ser biológicamente femenina", declaró Sebastian Coe, presidente del organismo rector. La exigencia, anunciada en marzo pero con fecha límite recién establecida, implica análisis de cromosomas mediante hisopos bucales o muestras de sangre seca.
Detrás de esta decisión hay un nombre que resuena fuerte: Caster Semenya. La velocista sudafricana, doble campeona olímpica, lleva más de una década en el centro de la polémica por sus niveles naturales de testosterona. Aunque hace tres semanas ganó un fallo histórico en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, la victoria legal no cambió las reglas del juego.
Mientras Tokio se alista para recibir al mundo del atletismo a partir del 13 de septiembre, el fantasma de Semenya sigue presente. La corredora, ahora con 34 años y su carrera prácticamente terminada, podría ver su caso reabierto en los tribunales suizos que alguna vez le dieron la espalda.
Las nuevas reglas también unifican el marco para atletas con Diferencias en el Desarrollo Sexual (DSD) y mujeres transgénero, aunque la federación fue clara: "No hay ninguna compitiendo a nivel internacional de élite bajo las regulaciones actuales". Para un puñado de atletas con DSD conocidos, habrá un período de transición si mantienen tratamiento para suprimir testosterona.
Lo que comenzó como una polémica en 2009, cuando Semenya sorprendió al mundo con su oro en Berlín, hoy se consolida como política formal. El atletismo global cierra filas alrededor de una definición biológica de lo femenino que, prometen, traerá equidad a las pistas. El tiempo dirá si la ciencia y la justicia están de acuerdo.