México
La actriz será la celebridad en la portada del próximo número de la revista ‘Open’.
Zuria Vega llora, se enoja, ama y también parte el corazón de sus galanes... pero sólo en las telenovelas.
El público le ha abierto los brazos, pero dice, esto no se lo ha ganado por ser la “hija de”, muy por el contrario, tuvo que demostrar que tenía las tablas para sobresalir en el competido mundo histriónico, pero no sólo eso, también tiene el don de cautivar con su belleza.
Con tan sólo 22 años, Zuria ha demostrado que la madurez no se cuenta con los años, sino que es una cuestión de actitud. Además, claro, de contar con una carrera que se cotiza cada día más.
“El apellido, más allá de ser parte de una familia a la que adoro, no me ha dado nada. De hecho, cuando entré a la empresa, mi papá (Gonzalo Vega) estaba vetado”, afirma con decisión. Asegurar que las cosas le han salido fácil es una verdad a medias; si bien desde el primer momento en que ingresó al mundo de la actuación, quedó inmersa en él.
Como bien explica a la revista Open, de la cual es la próxima celebridad de portada del mes de septiembre, la actriz está consciente de que es una carrera que si no se respeta como es debido, tiene una vigencia muy corta. “Antes era un grupo mucho más selecto y al actor se le respetaba como tal. Ahora hay mucho seudoactor y gente que no tiene el respeto a un director o a un set, como es debido. Yo sí tengo ese respeto, pero las cosas han cambiado mucho de cuando mi padre hacía telenovelas a ahora”, explica.
A pesar de su juventud, Zuria ya cuenta con diez años de experiencia y muchos más de haberse topado con la riqueza de la profesión desde pequeña. “Los foros y los sets no son ajenos para mí; habrá gente que se sorprenda mucho la primera vez que ve uno, pero para mí era cosa de todos los días”, dice sonriente mientras admite que no sabe bien cuándo decidió que se dedicaría a esto: “son de esas cosas que uno ya trae en el inconsciente, es como cuando pides un consejo, pero ya sabes lo que deseas escuchar”, finaliza.