Los Ángeles
El cantante español Enrique Bunbury, quien fuera vocalista de la desaparecida agrupación Héroes del Silencio, cumplirá 46 años de vida a la par de que afina los detalles del lanzamiento de su nuevo disco, que concluyó sus grabaciones el mes pasado en los estudios West Lake de Los Ángeles.
La publicación del álbum está previsto a finales de 2013 o principios de 2014, y tentativamente tiene el título de “Palosanto”, el cual tuvo un proceso largo de grabación, después de que las canciones del aragonés fueron robadas de su casa y tuvo que rehacerlas. Hasta la fecha, se ha guardado con hermetismo el estilo que tendrá.
Enrique Ortiz de Landázuri Izarduy, mejor conocido como Enrique Bunbury, quien aparece en la lista de los cantantes con dos álbumes más influyentes de los últimos 50 años en España, de acuerdo con la revista “Rolling Stone”, nació el 11 de agosto de 1967 en Zaragoza, España.
Su carrera comenzó a los 12 años, al obtener su primera guitarra eléctrica y tocar hacia 1980 en un grupo del colegio llamado Apocalipsis. Sin embargo, entre 1981 y 1983 ejecutó la batería y fue cantante de una banda llamada Rebel Waltz; luego tocó el bajo en Proceso Entrópico, y tras dejar esta banda, Bunbury pasó a ser vocalista de Zumo de Vidrio, que se convirtió en la semilla de Héroes del Silencio.
En esa formación figuraron Enrique y Juan Valdivia, quienes junto a Pedro Valdivia crearon la agrupación en 1984. En sus comienzos, consiguieron el segundo puesto en el concurso de Pop Rock de Huesca.
Gustavo Montesano -ex Olé Olé- se fijó en ellos y les allanó el camino para firmar su primer contrato con la multinacional disquera EMI. Después se publicó “Héroe de leyenda” en 1987, una especie de Maxisingle-Minielepé, fórmula muy común por aquel entonces en la industria discográfica española con los grupos nuevos.
De este álbum se vendieron más de 30 mil copias en su momento. Menos de un año más tarde publicaron su álbum “El mar no cesa”, también producido por Montesano y que de inmediato se convirtió en Disco de Platino.
Posteriormente, en un concierto en Zaragoza, los vio el ex miembro de Roxy Music, Phil Manzanera, quien llevaba algún tiempo en España y acababa de producir discos a grupos nacionales, por lo que decidió apostar por ellos.
Manzanera produciría “Senderos de traición” en 1990, con éxitos como “Entre dos tierras” y “Maldito duende”. Tras la locura de “Senderos de traición” y su larga gira por el mundo, los Héroes del Silencio se dieron un respiro de más de un año en el que Bunbury viajó a lugares como la India, como lo que él definía un “paréntesis espiritual”.
En 1993 y con el lanzamiento internacional de “El espíritu del viento”, Héroes del Silencio se embarcó en una gira que los llevó por más de 20 países.
“Avalancha” (1995) fue otro disco de estudio de Héroes del Silencio. En esta ocasión contó con Bob Ezrin, productor de Pink Floyd, Peter Gabriel y Alice Cooper. El grupo experimentó un cambio en su sonido con guitarras más duras y textos más directos.
Un año después, Bunbury, junto a Manzanera, se marchó a Londres para concebir “Radical sonora”, su álbum debut como solista, cuyo sonido se separó totalmente del de Héroes del Silencio. Su apuesta se acercó a la electrónica, la música árabe y el tecno-rock psicodélico.
En 1999 grabó “Pequeño”, un álbum con aires de cabaret y sonidos mediterráneos. El material fue del gusto del público y canciones como “Infinito” y “El viento a favor” encumbraron a Bunbury, haciéndolo acreedor a Disco de Platino, como ya lo había sido con “Radical sonora”. Con “Pequeño” consiguió éxito en México y Argentina, donde comenzó a consolidarse como figura de culto para algunos.
En tanto, el artista recibió una nominación al Grammy Latino por el tema “El extranjero”, en la categoría de Mejor Interpretación Pop Masculina, premio que paró en manos del argentino Fito Páez.
Antes publicó como regalo para los fans un directo grabado en el Hard Rock café de la Ciudad de México, “Pequeño cabaret ambulante”, con el que pretendía reflejar el espíritu de “la gira que más he disfrutado en mi vida”.
El artista se tomó casi nueve meses para realizar un disco complejo hasta que nació “Flamingos” (2002), en el que hay canciones con más de 150 pistas de sonido.
En año y medio de gira, Bunbury logró más de 150 conciertos y cerca de 300 mil discos vendidos entre España y América, visitando entre 2002 y 2003 los principales escenarios de México como el Auditorio Nacional y Nueva York en el Central Park.
En 2004 sacó “El viaje a ninguna parte”, un disco doble en el que mostró su lado más viajero, con ritmos, música y letras muy acorde a su personalidad cosmopolita, destacando auténticas obras de arte como “Canto (el mismo dolor)”.
Un año después salió al mercado un CD+DVD llamado “Freak show: La película”, que incluye imágenes intercaladas de varios de los conciertos que realizó entre finales de 2004 y principios de 2005 en la gira “Freak show”, donde combinaba sus actuaciones con números de circo y actuaciones circenses en escenarios paralelos.