Cannes, fra
Ryan Gosling debutó como director de cine en Cannes con una elegante fábula melodramática que los críticos se apresuraron a señalar con ferocidad.
La primera proyección de “Lost River” se realizó el martes ante una de las multitudes más grandes del festival, que presenció algo que no anticipaba. “Lost River” es un cuento de hadas barroco ubicado en las ruinas de Detroit, filmado con una cinematografía audaz y una atmósfera estridente.
La reacción inmediata de los críticos fue ampliamente negativa. Scott Foundas de Variety dijo que era un caso de “aires de grandeza llevados al extremo”. Robbie Collin de The Telegraph la calificó como “asombrosamente mala”.
Pero entre los asistentes también hubo elogios para “Lost River”. Algunos reconocieron que la película, a pesar de sus errores, era emocionante, ambiciosa y que Gosling le dio a las imágenes más atención de lo que la mayoría de los actores convertidos en directores suelen prestar.
Christina Hendricks (“Mad Men”) interpreta a una madre soltera, Billy, que tiene un niño pequeño y un adolescente llamado Bones (Iain De Caestecker). Viven en un edificio en ruinas en medio de los escombros de un barrio de Detroit donde no pueden pagar su hipoteca. Bones le teme al gánster de la zona, Bully (Matt Smith).