Más que una celebración importada, se ha convertido en una tradición que mezcla la diversión con la creatividad. Y, por supuesto, los niños son los protagonistas de esta fiesta.
Las calles se llenan de pequeños monstruos, princesas, superhéroes y personajes de fantasía. Los colores vibrantes y los disfraces ingeniosos inundan las casas, las escuelas y los parques. Es una época para dejar volar la imaginación y disfrutar de la magia de disfrazarse.
Este año, la emoción por Halloween se intensifica aún más. La espera por la noche de brujas ya se palpa en el aire. Las tiendas se llenan de artículos temáticos, desde calabazas y arañas hasta máscaras y pelucas. Los padres se preparan para la lluvia de dulces y los niños sueñan con las golosinas que llenarán sus calabazas.
Mientras las familias se preparan para celebrar, es importante recordar que Halloween es un día para divertirse con responsabilidad. Debemos cuidar a los más pequeños y fomentar un ambiente seguro y divertido para todos.