Sin embargo, el apoyo de amigos cercanos ha sido fundamental en su regreso a la escena musical con su nuevo álbum, Consequences of the Crown, lanzado recientemente.
Desde sus inicios en Nashville, donde firmó su primer contrato discográfico a los 19 años, Lynne ha navegado por un camino lleno de obstáculos. Su álbum I Am Shelby Lynne, lanzado en el año 2000, marcó un hito en su carrera, pero su vida personal estuvo marcada por tragedias que la llevaron a buscar refugio en la música. "La música me salvó un centenar de veces," comparte Lynne, quien ha lidiado con la pérdida de sus padres y la lucha por aceptar su identidad.
Después de dejar Nashville, Lynne se trasladó a California, donde experimentó un cambio de género musical que resultó ser exitoso. Sin embargo, su regreso al sur en 2018 fue un momento de incertidumbre. "No sabía si Nashville estaba enojado conmigo," confiesa. Fue en esta ciudad donde enfrentó su lucha por la sobriedad y aceptó la ayuda de amigos como Ashley Monroe y Karen Fairchild, quienes jugaron un papel crucial en su proceso de sanación.
Monroe y Fairchild no solo la apoyaron emocionalmente, sino que también la motivaron a crear nueva música. "Nosotros queríamos un disco de Shelby," recuerda Monroe, quien se sintió nerviosa al trabajar con una de sus ídolas. La admiración que sienten por Lynne es palpable, y su colaboración en el estudio fue un proceso transformador. El álbum comenzó a tomar forma, y Lynne finalmente se sintió lista para dar el siguiente paso en su carrera.
Este otoño, Lynne fue reconocida en los Americana Awards como una de las homenajeadas por su trayectoria. En sus propias palabras, "Estoy donde necesito estar," lo que refleja su renovada conexión con Nashville y su música. Con un futuro brillante por delante, Lynne se siente lista para deshacer las cajas que había dejado guardadas, simbolizando un nuevo comienzo en su vida y carrera.