El cantante en cuestión era James Brown, conocido como el "Rey del Funk". Durante la conversación, Brown habló con pasión sobre su visión de la música como un medio de inspiración y lucha. Destacó su intención de usar sus composiciones para elevar el ánimo de las personas, especialmente las comunidades afroamericanas y latinas que enfrentaban discriminación en Estados Unidos. "Di fuerte: soy negro y estoy orgulloso", explicó Brown, enfatizando que su música debía empoderar a los más desfavorecidos, animándolos a sentirse orgullosos de su identidad.
La relación de Brown con la política y el activismo también fue un tema de conversación. Afirmó que su lucha era similar a la de los chicanos y destacó la importancia de la unión para lograr poder político y tener representación. Recalcó que, a través de la música, se podía lograr un cambio de mentalidad en la gente, convirtiéndose en una herramienta poderosa para combatir la discriminación y fomentar la justicia social.
Entre sus logros, Brown recibió la Medalla al Mérito Humanista del presidente Lyndon B. Johnson por su labor en pro de la igualdad racial y social. Sin embargo, su vida no estuvo exenta de controversias. A pesar de sus ideales de justicia y lucha contra la discriminación, su carrera estuvo marcada por varias denuncias de abuso y violencia doméstica.
La figura de James Brown sigue siendo una de las más influyentes en la historia de la música. Su legado como líder del funk y su activismo social han dejado una huella imborrable en la cultura popular, aunque sus excesos personales continúan siendo un tema de debate. La entrevista que ofreció a los periodistas mexicanos en 1976 dejó ver a un James Brown multifacético: un hombre de convicciones fuertes, preocupado por el bienestar de su comunidad, pero también un ser humano con muchas contradicciones.