En una entrevista con The Times UK, Lily Allen recordó un momento en particular en el que se dio cuenta de que necesitaba ayuda. "Me emborraché hasta perder la conciencia y fui a la casa de mi ex esposo", dijo. Sam Cooper, su ex esposo, había iniciado una nueva relación en ese momento, y Allen se sintió abrumada por la emoción. "Comencé a gritarle y desperté a los niños", recordó. Ethel Mary y Marnie Rose, sus hijas de 13 y 11 años, respectivamente, todavía recuerdan ese incidente y saben que su madre estaba bajo la influencia del alcohol en ese momento.
Después de ese incidente, un amigo le preguntó a Allen si necesitaba un gin y tónico, lo que la hizo sentirse aún más avergonzada. "Me sentí tan indignada", dijo. "Pero luego me di cuenta de que estaba enfadada porque sabía que necesitaba esa bebida". Ese momento de claridad la llevó a buscar ayuda y a asistir a una reunión de sobriedad al día siguiente.
Actualmente, Allen ha logrado cinco años de sobriedad y ha encontrado paz para sí misma y su familia. "Mis hijos se sienten seguros", dijo. "Eso es lo más importante para mí. Me sentí muy insegura en mi infancia, y mis hijos se sienten seguros". La cantante también ha hablado sobre cómo la adicción ha afectado a su familia y cómo ha aprendido a manejar sus emociones de manera saludable.
Allen se casó con