Una de las artistas que ha hablado abiertamente sobre sus experiencias en la industria del K-Pop es Rosé, la cantante principal de BLACKPINK. En una entrevista con The New York Times, Rosé reveló que durante sus años en YG Entertainment, la famosa agencia de K-Pop, el grupo tenía restricciones sobre ciertos temas, especialmente en lo relacionado con los romances.
Según Rosé, en sus primeros años como parte de BLACKPINK, no solo se les prohibió hablar sobre sus relaciones personales, sino que también se les impuso la presión de mantener una imagen "perfecta" en todo momento. Esto resultaba ser una de las partes más difíciles de ser una estrella del K-Pop. La rígida normativa sobre la vida personal de las integrantes estaba orientada a proteger la imagen pública del grupo y a evitar cualquier distracción de su carrera musical.
Actualmente, Rosé y sus compañeras de BLACKPINK están trabajando de manera independiente en sus carreras en solitario, lo que les ha permitido disfrutar de más libertad creativa y personal. En sus recientes lanzamientos solistas, como APT y number one girl, Rosé ha experimentado con nuevas temáticas en sus letras, lo que incluye la exploración de emociones humanas como el amor, el dolor y la angustia.
La cantante mencionó que a menudo se sentía presionada a cumplir con un estándar inalcanzable de perfección, lo que dificultaba su capacidad para ser genuina y vulnerable. "Nos enseñaron a presentarnos siempre de la forma más perfecta", señaló. Sin embargo, en su trabajo solista, Rosé ha experimentado una mayor libertad para ser auténtica, algo que ha sido un alivio para ella como artista.
Entre las revelaciones más impactantes que Rosé compartió está su temor a mostrar vulnerabilidad en sus letras. Confesó que, al principio, se preguntaba si estaba "permitida" a hablar sobre sentimientos humanos tan comunes como el amor perdido, la ira o la tristeza. Sin embargo, en su trabajo solista, Rosé ha logrado romper con las barreras impuestas en su carrera dentro de BLACKPINK, lo que le ha permitido explorar su identidad de una manera más profunda y personal.
La cantante confía en que esta nueva etapa también marcará un cambio en la industria del K-Pop, al demostrar que no está mal hablar sobre temas como el amor y las emociones en un género musical que a menudo ha sido criticado por su enfoque en la perfección superficial. A medida que continúa su carrera, Rosé espera inspirar a otros artistas a ser más abiertos sobre sus experiencias emocionales, mostrando que la vulnerabilidad también puede ser una fuerza dentro del K-Pop.