Barry Jenkins: De Moonlight a El Rey León
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Su trabajo, generalmente enfocado en dramas independientes con una carga emocional profunda, se ha trasladado a un universo aparentemente distante: el de las grandes producciones animadas de Disney. Específicamente, la precuela de El Rey León: Mufasa.
La elección de Jenkins en 2020 generó muchas interrogantes. ¿Cómo un cineasta conocido por sus exploraciones íntimas de la condición humana encajaría en el mundo de la animación comercial?
La respuesta, según una entrevista reciente con Paris Match, reside en la narrativa misma del guion. Más que una simple historia de animales, Jenkins vio en Mufasa la posibilidad de explorar temas universales y complejos: la traición, la disolución de valores morales y la complejidad de las relaciones familiares, enfocados en la juventud de Mufasa y Scar.
"Narrar la juventud de Mufasa y Scar es explorar la traición de un ideal, la toxicidad familiar y la caída de valores en una sociedad marcada por la violencia," afirmó Jenkins.
Pero la contribución de Jenkins no se limitó a la narrativa. Su estilo distintivo, caracterizado por una observación minuciosa y la búsqueda de la autenticidad emocional, se tradujo en decisiones creativas innovadoras dentro del proceso de animación.
Una de las más notables: solicitar a los animadores que interpretaran físicamente las escenas, moviéndose en cuatro patas para captar de manera orgánica el lenguaje corporal de los leones. Una técnica inspirada por la directora de fotografía Caroline Champetier, que añade un nivel de realismo insólito a la producción.
Además, la cultura africana, esencial en la historia, recibió un tratamiento respetuoso y detallado. Jenkins, apoyado por Disney e investigaciones de especialistas, garantizó un homenaje genuino a las tradiciones africanas, evitando los estereotipos frecuentemente presentes en el cine occidental.
Y si algo distingue el cine de Jenkins es su maestría en el manejo del tiempo y el silencio. En Mufasa, el montaje se aleja de la frenética velocidad típica de las grandes producciones, priorizando la introspección. "A veces, es necesario insistir en una mirada, dejar que una escena dure un poco más o preservar un momento de silencio," comentó el director.
La experiencia, sin duda, representó un desafío de escala para Jenkins, acostumbrado a equipos pequeños y proyectos más íntimos. Sin embargo, coordinar a cientos de personas durante años le permitió descubrir nuevas formas de creación. Un aprendizaje valioso que, según sus propias palabras, lo llevará de regreso a la intimidad de los platós tradicionales en su próximo proyecto.
Mufasa, entonces, no es solo una precuela; es una exploración profunda de la complejidad humana a través de una historia animada visualmente impresionante. Una obra que expande el legado de El Rey León, añadiéndole matices inesperados y una resonancia contemporánea.