Pero la atención no se centró solo en la actuación. A su lado, radiante y cómplice, apareció Inés de Ramón.
Su presencia no pasó desapercibida. Las imágenes de la pareja, tomados de la mano y con sonrisas evidentes, alimentan las especulaciones sobre la solidez de su relación. Una fuente cercana, en declaraciones a la revista People, ha ofrecido una perspectiva más íntima de este romance:
"Inés sabe lo importante que es este proyecto para él. Ella es muy pendiente y disfruta de su tiempo en Los Ángeles," reveló la fuente, añadiendo que Inés, vicepresidenta de una importante firma de joyería, es una gran admiradora del trabajo de Brad y un pilar fundamental en su vida. "Le encanta su motivación," concluyó la fuente.
La relación, que comenzó hace dos años, ha ido evolucionando de forma significativa. La mudanza de Inés a Los Ángeles en febrero pasado marca un punto de inflexión. Este hecho, junto con sus apariciones públicas en el Festival de Venecia (acompañados de George Clooney y Amal), y eventos en Nueva York y Los Ángeles, pintan un cuadro de una relación estable y consolidada.
Este nuevo capítulo en la vida de Pitt contrasta con los años que siguieron a su divorcio de Angelina Jolie. Inés, también divorciada (del actor de "Crónicas Vampíricas", Paul Wesley), representa una nueva etapa. La fuente de People asegura que la pareja pasó Acción de Gracias en familia, un indicio de sus planes a largo plazo: "Están juntos para largo. Son increíblemente felices."
Mientras Brad Pitt enfrenta los desafíos de su vida personal, la felicidad que proyecta junto a Inés es innegable. Su romance, más allá del brillo de Hollywood, parece ser una historia de estabilidad y amor genuino.