Se trata de una joven que ha construido una sólida carrera en las redes sociales, acumulando millones de seguidores gracias a su carisma y contenido.
Hablamos de Maya Nazor, la influencer y modelo de 24 años, conocida también por su relación con el cantante Santa Fe Klan. La semana pasada, Maya utilizó sus redes sociales, específicamente sus historias de Instagram, para abordar directamente los rumores sobre una supuesta rinoplastia. La controversia giraba en torno a su nariz, un rasgo que muchos consideraban demasiado perfecta para ser natural.
En un video publicado el 17 de diciembre, Maya respondió a las especulaciones con contundencia. Para desmentir las versiones de una cirugía estética, compartió una serie de fotografías de su infancia y adolescencia. Las imágenes muestran una Maya con la misma nariz pequeña y respingada que la caracteriza hoy en día. “Siempre he tenido cara de la niña del Grinch y me encanta. Y siempre he tenido mi nariz chiquita y perfecta y me encanta”, escribió la influencer en la publicación.
Más allá de la defensa de su apariencia física, Maya aprovechó la ocasión para hacer un llamado a la reflexión. “Desde chiquita he tenido la misma cara. Dejen de inventarse cirugías faciales que no existen. Relájense un montón y dejen de verle a las personas defectos, ojalá estuviéramos en un mundo en donde todos veamos lo lindo de otros. En fin”, finalizó, mostrando su madurez y su deseo de promover un entorno digital más positivo.
Para quienes no la conocen, Maya Nazor es mucho más que una cara bonita. Nacida el 5 de enero de 1999 en Cuernavaca, Morelos, esta joven emprendedora ha forjado una carrera sólida en el mundo digital. Con más de 6.5 millones de seguidores en Instagram y 5 millones en TikTok, Maya demuestra una gran pasión por el baile y la creación de contenido. Su presencia en YouTube desde 2016, cuando solo tenía 17 años, muestra su temprana incursión en el mundo de las redes sociales.
La historia de Maya Nazor nos recuerda la presión constante a la que están expuestas las figuras públicas, especialmente en las redes sociales, y la importancia de la autenticidad y el autoamor en un mundo obsesionado con la perfección estética.