El 18 de diciembre, Alejandro Sanz, el reconocido cantautor español, sopló 56 velas. Pero esta fecha no fue solo otra en el calendario; se convirtió en un recuerdo inolvidable gracias a la dedicación de su novia, Candela Márquez. No fue una simple reunión familiar, sino una fiesta con dos caras, una sorpresa cuidadosamente orquestada que combinó tradición mexicana con un toque urbano muy chic.
Candela, lejos de optar por una celebración convencional, ideó una fiesta temática doble. La mañana comenzó con una serenata a la mexicana. “Así empezó y terminó el día de mi cumpleaños”, escribió Sanz en sus redes sociales, describiendo la emoción del momento. Un grupo de mariachis, en un despliegue de colorido y música tradicional, le cantaron "Las Mañanitas", creando una atmósfera llena de alegría y calidez, un bonito contraste con el frío madrileño.
Pero la sorpresa no terminó ahí. El jardín de la casa se transformó en un espacio festivo. Globos, pétalos de rosa y un enorme cartel que decía: “Ale, felicidades” daban la bienvenida a los invitados. La atmósfera cambió drásticamente en la tarde noche, dando paso a una fiesta urbana. El pastel, la decoración e incluso la vestimenta de los asistentes reflejaban esta transformación, con grafitis, música moderna y un ambiente desenfadado.
Entre los invitados, se encontraban Joaquín Sánchez, Susana Saborido, Víctor Elías y Ana Guerra, entre otros amigos y familiares cercanos, quienes compartieron momentos de risas, baile y, por supuesto, felicitaciones al cumpleañero. Incluso, Candela documentó el evento en sus propias redes, mostrando una imagen de ella agotada pero feliz al final de la noche. “De cómo comenzamos a cómo terminé. Feliz cumpleaños, mi amor”, escribió.
Un detalle que llamó la atención fue la dedicatoria personal de Sanz en redes sociales agradeciendo a su familia, amigos y a quienes lo felicitaron. Una muestra clara de su gratitud por hacer de ese día algo tan especial.