Katie O'Grady, compañera de reparto en la película "Something Wicked", la última en la que participó Brittany Murphy, comparte detalles íntimos de la experiencia. Según O'Grady, la actriz se mostraba "débil, como un pajarito al que querías cuidar", extremadamente pequeña, "fácil de levantar", lo que llevó al equipo de filmación a tratarla con especial delicadeza en Eugene, Oregon.
A pesar de su estado físico, O'Grady recuerda la presencia y el cariño de Brittany. “Estoy tan contenta de haberte conocido,” le dijo Murphy antes de despedirse, un adiós que O'Grady califica como "amable y cariñoso". O'Grady refleja la capacidad de Murphy para conectar con la gente, a pesar de las circunstancias.
Sin embargo, la actriz también sugiere una falta de apoyo vital en la vida de Murphy. "Creo que necesitaba a alguien fuerte a su lado," señala O'Grady, refiriéndose a la situación familiar de Brittany, quien vivía con su madre, Sharon Murphy, y su esposo, Simon Monjack, en ese momento.
La muerte de Murphy, ocurrida el 20 de diciembre de 2009, estuvo rodeada de especulaciones. Inicialmente, se atribuyó a una neumonía y una intoxicación por medicamentos, con una deficiencia de hierro como factor contribuyente. Sin embargo, la posterior muerte de Monjack por causas similares, desató teorías sobre una posible negligencia o incluso algo más siniestro.
Un informe toxicológico independiente, solicitado por el padre de Brittany, Angelo Bertolotti (fallecido posteriormente), detectó altos niveles de metales pesados en el cuerpo de la actriz, alimentando las sospechas de envenenamiento. “Mi hija no era anoréxica ni drogadicta, como se insinuó repetidamente,” declaró Bertolotti en su momento. Su hermano, Tony Bertollotti, también ha expresado sus dudas sobre la causa oficial de muerte.
Las circunstancias que rodearon la muerte de Brittany y Simon Monjack siguen siendo un misterio. Aunque no se han presentado cargos, el legado de la actriz persiste, marcado por la controversia y el cariño de quienes la conocieron.