La cantante Dulce, una figura emblemática de la música mexicana, lanzó en 1993, como parte de su álbum "Testigo de una noche", una canción que se convertiría en un himno para muchos: "Duele". Pero detrás de la melodía, hay una historia de amor y pérdida que pocos conocen a fondo, una historia que involucra a un talentoso actor: Gonzalo Vega.
Su romance, floreció en los albores de sus carreras artísticas. Una conexión profunda, intensa, que marcó a fuego sus vidas. Sin embargo, las exigencias del mundo del espectáculo, los caminos divergentes que la ambición profesional a veces impone, los llevaron a separarse. Una decisión que, a pesar del tiempo, dejó una cicatriz imborrable en sus corazones.
En diversas entrevistas, Dulce ha descrito esos años junto a Gonzalo Vega como "los más bellos de su existencia". "Duele", para ella, no es solo una canción; es un reflejo del dolor que acarrea la imposibilidad de un futuro compartido, un sueño truncado que persiste en la memoria. Un recuerdo agridulce de un amor que, a pesar de su final, sigue latiendo en cada nota musical.
El fallecimiento de Gonzalo Vega el 10 de octubre de 2016, dejó un vacío inmenso. Pero su legado, como actor y como ser humano, permanece. Para Dulce, él fue un ser "excepcional", un hombre que dejó huella en quienes tuvieron la fortuna de conocerlo y amarlo. "Duele" trasciende la simple categoría de canción; se convierte en un testimonio atemporal de un amor profundo, de un anhelo persistente y del dolor agudo de un adiós que nunca termina.
La canción, con su sencillez y su emotividad, sigue resonando en el tiempo, recordándonos la fragilidad y la belleza de las historias de amor, la huella que las vivencias dejan, y la manera en que el arte puede encapsular y trascender el paso del tiempo.