No es solo su creciente fama, sino la variedad de papeles que ha encarnado. Empezamos por Immaculate, su reciente película de terror con tintes de nonxploitation. Ahí la vi, interpretando a una monja. Sí, una monja. Y sí, a pesar del contexto, su figura… digamos, es explotada visualmente en ciertas escenas.
Pero lo interesante no es solo eso. Sweeney no solo actuó, sino que también produjo la película. Hablamos de una actriz que en 2014 audicionó para el proyecto, y años después, ya consolidada en Hollywood, logró que Immaculate se hiciera realidad. Contactó al guionista, revisó el guión, contrató al director, buscó financiamiento, y finalmente, vendió la película a Neon. Una verdadera ejecutiva detrás de la cámara.
Antes de Immaculate, su nombre empezó a sonar fuerte en 2018 con su papel en Sharp Objects (HBO). Luego, estuvo en Everything Sucks (Netflix), donde interpretó a una chica sensual y, en ciertos momentos, mala. Un arquetipo que repetiría en otros trabajos. También participó en The Handmaid’s Tale (Hulu), como Eden Spencer, demostrando su capacidad en roles dramáticos. Y, por supuesto, Érase una vez en Hollywood (Tarantino) y Euphoria (HBO).
Euphoria fue un parteaguas. Su personaje, Cassie Howard, una chica sexy, maliciosa a veces, pero también vulnerable e insegura, la catapultó a la fama. La serie, con sus altas dosis de drama, permitió a Sweeney mostrar su rango actoral. Logró que, a pesar de las acciones de Cassie, el público sintiera empatía por su personaje.
Analizando su trayectoria, se pueden distinguir dos tipos de personajes recurrentes: el de la chica sensual e impulsiva (como Cassie en Euphoria, Emmeline en Everything Sucks, u Olivia en The White Lotus) y el de la chica inocente y sensual, donde su atractivo físico se mantiene presente, incluso en roles inesperados, como el de la monja de Immaculate.
No todos sus trabajos han sido un éxito rotundo. Madame Web, por ejemplo, fue un fracaso cinematográfico. Su actuación no fue terrible en sí, pero el guión y el personaje la perjudicaron. En contraste, Reality, una película sobre Reality Winner, una filtradora de información clasificada, mostró su capacidad en un rol más complejo y dramático. En este caso, su actuación es impecable, logrando transmitir la tensión del personaje sin artificios.
También estuvo en Anyone But You, una comedia romántica con Glenn Powell, un éxito de taquilla que, si bien le dio más popularidad, no la permitió destacar su potencial actoral. En Los Voyeurs, como Pipa, logra destacar en una historia de suspenso erótico. Y en Clementine, su personaje tiene una evolución interesante, alejada de los dramas intensos de otras producciones. Una interpretación más contemplativa y menos afectada.
En resumen, Sweeney es una actriz con un rango actoral amplio y un futuro prometedor. Si bien ha transitado por roles que explotan su atractivo físico, ha demostrado tener talento y versatilidad. Su trayectoria revela una evolución y una constante búsqueda de personajes que le permitan mostrar su amplio espectro como intérprete. Es solo cuestión de tiempo para que obtenga ese papel principal en una gran producción que le permita demostrar todo su potencial.