En el centro de la polémica se encuentran Justin Baldoni y Blake Lively, quienes compartieron set en la adaptación cinematográfica de "It Ends With Us". Una batalla legal de proporciones épicas, con una demanda por $400 millones de dólares, ha desatado una guerra de acusaciones entre ambos.
Según documentos legales obtenidos por Page Six, Baldoni alega que Lively, durante el rodaje, "rompió el personaje repetidamente para hacer chistes sobre su nariz, incluso sugiriendo que debería hacerse una cirugía plástica." El actor asegura que estos comentarios, capturados en cámara, fueron hirientes y humillantes.
La situación se complica aún más con la existencia de una demanda previa presentada por Lively en contra de Baldoni por acoso sexual. En esta contrademanda, Lively afirma que Baldoni "hizo comentarios inapropiados sobre su apariencia física", desmintiendo las acusaciones de su colega. Este contraataque también involucra a Ryan Reynolds y la publicista de Lively, Leslie Sloane, quienes también han sido incluidos en la demanda de Baldoni.
La batalla legal se extiende más allá de las alegaciones de acoso. Baldoni también acusa a Lively de usar su amistad con Taylor Swift para influir en la producción de la película. Además, el director niega las acusaciones de acoso sexual, asegurando que se le exigió dejar de mostrar "videos o imágenes de mujeres desnudas" a Lively, así como dejar de hablar de su pasado. Se añade que Lively lo acusó de "manipulación social" para destruir su reputación.
La complejidad del asunto se extiende a otras instancias legales. El mes pasado, Baldoni presentó una demanda por $250 millones de dólares contra el New York Times por lo que considera una cobertura parcializada de las acusaciones de Lively. En medio de esta maraña de acusaciones y contrademandas, el futuro legal de Baldoni y Lively sigue siendo incierto, dejando al público a la expectativa del desenlace de este dramático enfrentamiento.
El caso, que involucra a grandes nombres de Hollywood y millones de dólares, ha generado un debate sobre los límites entre la ficción y la realidad en la industria cinematográfica, y ha llamado la atención sobre las presiones y las posibles consecuencias de las relaciones laborales en este ámbito.